dijous, 8 d’agost del 2013
Mi "despedida"
La verdad es que dejé de escribirla por una simple razón y es que la única inspiración que tenía para escribir la historia eran sus protagonistas (Anna y Dani) a los cuales sigo viendo, siguiendo, admirando y queriendo a día de hoy tanto como antes pero que, sin embargo, algo cambió en ellos y es que ya no les veía juntos en televisión. Entonces mis ganas y mi ilusión de escribir iban disminuyendo y, por respeto a vosotros y a la historia, creí que no valía la pena seguir escribiendo sin ganas porque no lo haría igual y la historia hubiera perdido todo su encanto. Ya no tenía esa ilusión de ponerme en frente del ordenador e inventarme otro capítulo porque mi inspiración ya no estaba ahí. La dejé de escribir en verano y luego tampoco tuve tiempo al empezar el curso de pensar más en ella ya que iba muy estresada.
Sólo quiero agradecer a todos los que la habéis leído, os haya gustado o no, a todos los que os habéis tomado un tiempo para leer lo que yo escribí con tanta ilusión y cariño. Me da nostalgia pensar en ello porque la verdad es que gracias a este blog conocí a muchas otras "escritoras" geniales con sus maravillosas historias que me encantaban. Si os soy sincera, admiro a las que aún seguís escribiendo y os animo a que sigáis hasta que os canséis. No he vuelto a leer ninguna otra historia ni he seguido las que leía desde que dejé de escribir la mía por la misma razón que he dicho anteriormente. No time.
La verdad es que sí tenía un final pensado para mi historia y más cosas para que les sucedieran a los dos magníficos protagonistas pero de momento se queda con el último capítulo que escribí que, por cierto, tampoco es triste así que de momento la historia se queda con ese final "feliz". No tengo ni idea de si algún día a lo mejor me vuelve a picar el gusanillo y vuelvo a escribirla para terminarla, la verdad es que no lo sé y no puedo confirmar nada.
Espero no haberme dejado nada. Repito, no creo que esto se lo lea nadie pero si alguien lo hace, chapó por él/ella!:) Era una necesidad que tenía dentro desde hacía tiempo.
Gracias otra vez a todos por haberla leído y comentado. Que, por cierto, no hace mucho leí un nuevo comentario de alguien que se la había leído toda. Mil gracias!! Espero que la hayáis disfrutado tanto como yo haciéndola.
Finalmente, agradecer sobretodo a Azahara y Marlen que son las que aún siguen ahí. Magníficas personas y escritoras las dos, enserio. Os adoro!
Y, recordad que esto no fue nada más que algo inspirado en ellos! Muchos besos. Qué bonita experiencia bloguera ;)
dijous, 21 de juny del 2012
Capítulo 155: Por eso me gustas tanto
El sol ya había alcanzado su máximo. Eran las dos del mediodía y yo aún seguía con Anna, ya que íbamos a pasar todo el fin de semana juntos. Uf, sólo de pensarlo, se me hinchaba el corazón de felicidad. Todo un fin de semana. Con todas sus horas, sus minutos y sus segundos. Y, por supuesto, con sus ojos y con su mirada enamorada que conseguía enamorarme una y otra vez a mí también. Estábamos paseando por el parque, cogidos de la mano y hablando tranquilamente cuando nos quedamos un rato en silencio.
-¿Qué piensas?-me dijo mirándome fijamente.
-¿Qué? Nada...-le contesté. Me acababa de pillar por sorpresa con esa pregunta.
-No, enserio. ¿Qué estabas pensando?-me volvió a preguntar ahora con una de sus sonrisas para tranquilizarme.
-¿De verdad quieres saberlo?-le pregunté serio.
-Si...-dijo bajito dudando de mí. La cogí de la otra mano e hice que apoyara su espalda en el tronco del árbol más cercano a nosotros. Le aparté el pelo de la cara y la miré a los ojos, acariciando su mejilla suavemente. Le di un beso en su otra mejilla y me acerqué a su oído mientras uno de mis dedos acariciaba su clavícula, bajando luego por su escote...
-Pues en realidad estaba pensando en esta mañana...-le susurré.-En las ganas que tenía de volver a hacer el amor contigo de esa manera tan... bff... brutal. En las ganas de tocar y acariciar todo tu cuerpo sin pensar en nada más, de sentirte mía y sólo para mí. De besarte todo lo que quisiera y de sentir cada parte de tu cuerpo pegada al mío. De sentirte a ti, con las mismas ganas que yo y de temblar de placer cada vez que oía un suspiro tuyo. De eso, Anna. Eso es lo que estaba pensando.
Se había quedado en silencio, escuchándome atentamente. Me separé un poco de su oído para mirarla a los ojos. Pero no me los encontré. Su mirada había descendido hacia bajo y sus mejillas se habían enrojecido.
-Dios, me encanta saber que aún te pones nerviosa cuando te digo estas cosas...-le volví a susurrar aún mirándola a los ojos. Aún pegando parte de mi cuerpo al suyo.
-Y qué quieres que haga? Me debilitas con esa voz...-contestó ascendiendo su mirada hacia la mía.
-Mmm... ¿ah si...? ¿te gusta mi voz?- le susurré acariciando parte de su cuello con mis labios.
-Si...-dijo aguantándose el escalofrío.
-Sólo mi voz?-volví a susurrar en la misma posición.
-No, pero... estamos en medio del parque... ¿sabes, cariño?-contestó posando sus manos sobre mi pecho.
-Jo... tienes razón.-contesté separándome un poco pero no lo suficiente como para despegar mi cuerpo del suyo.
-Vamos a comer...-me dijo aún mirándome.
-Vale pero antes, bésame.-la miré fijamente. Se quedó mirándome asombrada.-Por favor, Anna... ¿no crees que me lo merezco? Me estaba aguantando las ganas pero es que ya no puedo más... No nos va a ver nadie ya.
Y antes de terminar de decir la última palabra, sentí sus labios, pegados a los míos, callándome, para empezar a besarme con total sinceridad. Un beso tierno y serio, de esos que me vuelven loco porque me lo transmite todo. Y se lo devolví, por supuesto que lo hice. Le acaricié el labio con mi lengua y sentí que me rodeaba el cuello con sus brazos. Estuvimos unos segundos más besándonos, disfrutando de ese momento que había surgido así, sin más. Abrí un poco más mi boca para sentirla aún más y me volvió a responder hasta que se separó mirándome a los ojos. Puso su mano en mi mejilla y me sonrió dulcemente.
-Te quiero.-le susurré.-Preciosa.
-Y yo a ti, tonto.-dijo dándome un pico. Me cogió otra vez de la mano y empezó a andar otra vez. Se me había quedado una sonrisa de oreja a oreja. Esa sonrisa de tonto que te queda después de besar de esa manera a la persona de la qual estás enamorado. Noté que Anna me miraba y también sonreía pero decidí seguir hacia delante.
-Y... ¿a dónde vamos a comer?-le pregunté unos minutos más tarde.
-No sé... a donde quieras.
-No vale, Anna... yo te he llevado a un sitio para desayunar. Ahora tu me tienes que llevar a algún sitio para comer!-le respondí como un niño pequeño.
-Jajaja así que ese era tu plan eh...-me contestó pasando su brazo por mi espalda.
-Jaja no... pero quiero ir a un sitio nuevo...
-A ver, dejame pensar...-dijo parándose un momento.
-Que sea bonito, eh!-le dije pasando mi brazo por su espalda también.
-Jajaja cállate, caprichoso. Vamos a ir a algún restaurante que me guste...
-Eh, que a mí también me tiene que gustar, mi amor...-dije dejándole otro beso en la mejilla.
-Te va a gustar. Te gusta todo lo que a mí...-dijo sonriéndome por el beso.
-En eso te doy la razón... por eso me gustas tanto.
dilluns, 11 de juny del 2012
Capítulo 154: Otra sonrisa
-Ven Anna, es aquí.-le dije agarrándola de la mano.
-¿Aquí? ¿Qué es esto, Dani?-me miró insegura.
-Jajaja no me pongas esa cara. Vamos a subir. -le dije abriendo la puerta del edificio.
-Pero ¿a dónde me has traído?-preguntó.
-Shhht ¡te he dicho que era sorpresa!-le contesté aún cogiéndole la mano. Me siguió mientras la guiaba subiendo las escaleras hasta llegar a una planta con ascensor.
-Este edificio es muy raro... Nunca había estado aquí.-me dijo entrando en el ascensor.
-Mejor. Jaja ven aquí...-le dije abrazándola una vez dentro.-Y no pongas esa cara. Seguro que te va a gustar.-le di un beso en la mejilla y me separé de ella. Al hacerlo, vi que me estaba sonriendo. Llegamos a la planta más alta del edificio y nos recibió un cartel con el nombre del hotel.
-¿Me has traído a un hotel?-dijo confusa.
-Jaja que no... ven.-la volví a coger de la mano y volvimos a subir unas escaleras, esta vez más estrechas. La noté nerviosa.-Venga, ya estamos. Es aquí.
Le dejé abrir la puerta a ella, aunque esta era de vidrio y ya se veía todo, prácticamente. Nos recibió una enorme terraza: había poca gente, unos sentados en el bar de la derecha, y otros apoyados al borde, observando las vistas. Por su alrededor estaba toda decorada con flores de distintos colores y sobretodo tulipanes.
-Anna...-le susurré.
-¿Qué?-me contestó aún contemplando el lugar.
-¿Quieres desayunar conmigo?-le susurré sonriendo.
-Jajaja, claro mi amor... Dios, esto es precioso. Y esas flores... me encantan. ¿Has visto los tulipanes azules? ¡Son preciosos!
-Jajaja sabía que te gustaría, ¡amante de la naturaleza!
-Jaja... de la naturaleza y de la floresh!-dijo imitando a una niña pequeña.
-Jajaja me encantas, Simon.-la miré sonriendo.
-Gracias por traerme aquí.-dijo apoyando su cabeza en mi hombro y dejándome un save beso en el cuello. Nos sentamos en una de las pequeñas mesas redondas del bar de la terraza y enseguida pedimos nuestro desayuno.
-Qué vistas más bonitas...-me dijo.
-Aún no las has visto bien... cuando terminemos de comer, te las enseño.
-Vale, experto. ¿Me explicas también la historia de la ciudad?
-Jajaj eh, no te rías de mí! Que lo estoy haciendo con cariño...-le contesté picado.
-Jajaja ya lo sé... era broma.-me contestó sonriéndome a la vez que me miraba a los ojos. Dios, le brillaban. Estaba aún más bonita que antes. En ese preciso momento, nos sirvieron el desayuno.
Después de un rato comiendo en silencio, me preguntó:
-Y... habías traído a alguna de tus novias aquí antes?-me quedé en silencio durante un instante. Nunca me imaginé que me fuese a hacer esa pregunta.
-¿Enserio te importa eso?-le contesté frunciendo el ceño.
-No... bueno... no sé.-dijo nerviosa.
-Pues que sepas que no. Tú eres la única que ha estado aquí conmigo. Esta terraza me la enseñó mi amigo Iván, poco después de llegar por primera vez a Madrid y desde entonces aún no había vuelto. ¿Contenta?
-Lo siento... es que es un sitio precioso.-contestó, y con eso consiguió sacarme una sonrisa.
-Lo sé, ¿te gusta?-le pregunté curioso.
-Me encanta... de verdad.-me volvió a mirar a los ojos.
-Me alegro, de verdad.-le contesté con otra sonrisa. Pronto terminamos de desayunar y me levanté.
-Venga a ver las vistas, señorita.-le dije cogiéndola de la mano.
-Encantada, señorito.-contestó divertida. Fuimos hasta el borde de la terraza y nos apoyamos sobre la barra de madera, el uno al lado del otro.
-Uau... nunca había visto Madrid desde el aire...
-Jaja bueno desde el aire, desde el aire... tampoco.-le contesté mirándola.
-Bueno, me refería a esta altura, ya sabes... jajaja
-Ya sé.-le contesté sonriéndole.-Ponte aquí.-le dije señalando. La cogí de la cintura y la puse delante de mí, de caras a la ciudad. La rodeé con mis brazos y apoyé mi barbilla sobre su hombro izquierdo.
-Ummm... así mucho mejor.-dijo acariciándome la mejilla con su mano.
-Si, ¿verdad?-le dije. Y me quedé mirándola un buen rato, mientras ella disfrutaba de las increíbles vistas, y del sol que hacía esa mañana en Madrid.-Eres guapísima.-le susurré al verla sonreír. Giró la cabeza hacia la mía y se acercó a mis labios, besándolos suavemente. Hizo que yo abriera los míos y la besara aún más. Beso que nos dejó a los dos con un suspiro que pedía más.
-Te quiero.-dijimos los dos a la vez al segundo de separarnos. Y, seguidamente, otra sonrisa. Otra de las suyas. Otra de esas tontas que me vuelven loco...
dimarts, 1 de maig del 2012
Capítulo 153: Una mañana llena de amor
Me desperté antes que ella. De hecho, creo que no dormí mucho esa noche. Estaba tan feliz por tenerla a mi lado, por poder acariciarla y besarla en el momento que quisiera que no fui capaz de dormirme. Me giré hacia el lado en que estaba Anna y le acaricié su barriga, por debajo de su camiseta. Le di un tierno beso en el cuello aunque ya sabía que se había despertado. Me estaba acariciando el brazo que tenía yo en su barriga y sin darse cuenta, le había salido una sonrisa.
-Guapa.-le susurré al oído. Le di otro beso. Esta vez en la mejilla. Me acarició el pelo y se giró lentamente hacia mí.
-Hola...-dijo aún con los ojos cerrados.
-¿Nos duchamos?-le dije apartándole un mechón de pelo de los ojos. Entonces los abrió y me miró fijamente.
-Vale.-contestó sonriéndome. Le devolví la sonrisa y me levanté para ir hacia el baño. Abrí el grifo de la ducha para que el agua se calentara. Me quité los calzoncillos que llevaba puestos y al girarme vi a Anna mirándome desde la puerta del baño.
-¿Qué haces aquí parada?-le dije sonriendo.
-Observarte... ¿me desnudas?-me dijo acercándose a mí. Sonreí y la ayudé a quitarse mi camiseta y las bragas que llevaba puestas.
-Entra, que el agua ya está caliente.-le dije poniéndome detrás suyo. Entramos los dos en la ducha y la abracé por detrás mientras regulaba la temperatura del agua a su gusto. La hice girarse de caras a mí y me abrazó entrelazando sus brazos por detrás de mi cuello. La empujé hacia el chorro de agua notando por segunda vez su cuerpo pegado al mío.
-Creo que nunca me cansaré de tenerte así de cerca...-le susurré al oído. Noté su risa en mi cuello y seguidamente, un par de besos en él.
-¿Ah no...? Más te vale...-dijo con otra de sus sonrisas. Y me acerqué a sus labios, para terminar besándola lentamente. Nos duchamos cada uno por su lado, pero seguíamos hablando y riéndonos el uno del otro. Una vez enjabonados, Anna se puso rápidamente debajo del agua y la empujé hacia mí para ponerme yo pero terminó resbalándose. La cogí rápidamente por la espalda pero también perdí el equilibrio y terminamos los dos sentados en la bañera.
-¡Auch! ¡Dani! ¿Qué has hecho? Jajajaja-dijo riéndose mientras me miraba.
-Jajaja fue culpa tuya, yo me quería meter primero!
-Jo, ahora no puedo levantarme... ¿me ayudas?
-No...-susurré mirándola fijamente.
-¿Cómo que no?
-Ven.-le dije. Me miró insegura. -Ven aquí.-repetí señalándole mi regazo. Se acomodó lentamente sobre mis muslos y finalmente se sentó volviendo a entrelazar sus brazos por mi cuello.
-Preciosa.-le volví a susurrar. Sonrió tímidamente y me besó suavemente.
-Te quiero.-me dijo al separarse. Empecé a acariciar su cuerpo y enseguida pilló mi idea. Me besó el cuello con fuerza y acarició mi torso también mostrándome su deseo. La cogí del cuello para besarla efusivamente y seguidamente me empezó a hacer el amor. Ella a mí. En la bañera, aún con restos de jabón por todos nuestros cuerpos, estuvimos haciendo el amor mientras el agua me mojaba la espalda. Me sentí como nunca, ambos disfrutamos de ese momento de placer. La amé por segunda vez.
Al terminar, la ayudé a levantarse y nos metimos los dos debajo del agua para acabar de quitarnos el jabón. Le escurrí el pelo y cogimos las toallas para secarnos.
-Me ha encantado, cariño.-me dijo dándome un pico una vez nos habíamos secado.
-¿Te crees que a mí no? Eres increíble, Anna...-le dije dándole un beso yo. Sonrió girando la cabeza y nos vestimos rápidamente.
-¿Tienes hambre? Vamos a un bar a desayunar, que no tengo ganas de ensuciar la cocina...-me dijo ya fuera del baño.
-Vale, ¡conozco un sitio precioso para desayunar!-le dije mientras se ponía los zapatos.
-Jaja ¿ah si? ¿Y dónde está eso?
-Bueno, si estás tú, todos los sitios son preciosos para desayunar, pero creo que este te va a gustar...
-Mira que eres romántico cuando quieres... ¡estoy impaciente!-dijo ya vestida del todo.
-¡Vamos!-le cogí la mano y salimos de su piso con cuidado de que nadie nos reconociera. "Este fin de semana va a ser perfecto..." me dije mientras andábamos juntos por la calle.
diumenge, 22 d’abril del 2012
Capítulo 152: Su mismo aroma de siempre
dijous, 5 d’abril del 2012
Capítulo 151: Una noche perfecta
dilluns, 26 de març del 2012
Capítulo 150: Buena señal
Noté su aliento soplando en mi cara al momento de separar nuestros labios. Su mirada, fija en mi boca, subió hacia mis ojos esperando una respuesta.
-Guapa.-le susurré mirándola a los ojos.-eres preciosa.
Sonrió automáticamente y me dio otro de sus besos en los labios. Pero esta vez más corto. Menos intenso. Y se volvió a separar de mí.
-Dani… es muy tarde…-dijo después de mirar su reloj.
-Ya. ¿Por qué no te vienes a casa?-le propuse.
-¿Ahora? Pero si es hora de cenar…
-Por eso, quédate a cenar. Por favor… y luego te dejo ir. Pero quiero estar un rato más contigo.-le dije agarrándole la mano.
-Vale… tú ganas.-dijo mientras de mi boca salía una sonrisa.
-Gracias.-le contesté dándole otro beso en los labios.-Venga, vamos. Fuimos hasta mi coche, que seguía aparcado en el párking de redacción y subimos en él. La llevé hasta mi piso mientras dejé que manipulara un poco mi radio hasta encontrar una cadena de su gusto. Sonreí inconscientemente al oírla cantar.
-¿De qué te ríes?-me preguntó sonriendo ella también.
-Jajaja de nada… me hace gracia ver cómo cantas. Antes no lo hacías.-contesté divertido.
-¿Cómo que no? Pues… eso es buena señal.
-¿Buena señal? ¿Por qué?-pregunté extrañado.
-Porque, según mi madre… sólo canto alrededor de la gente con la cual tengo más confianza.
-Así que me has cogido más confianza desde que éramos… bueno, desde que salíamos juntos.
-Jaja eso parece…-me miró sonriendo otra vez.
Pronto llegamos a mi calle y bajamos del coche para subir al piso. Vi como miraba a todas partes para que nadie nos viera, cosa que también me hizo sonreír.
-Oye Dani… esto no se lo vas a contar a nadie, ¿verdad?-me dijo una vez dentro del ascensor.
-Claro que no… ¿a quién quieres que se lo cuente?-pregunté frunciendo el ceño.
-Bueno… me refería a Cris.-dijo bajando la mirada.
-Ah… no, puedes estar tranquila.-contesté pasando mi brazo por su espalda. Entramos en mi piso y fuimos los dos a la cocina. Le dije que se sentara en la silla, que ya lo preparaba yo todo. Empecé a hacer la cena y Anna no paraba de mirarme, preguntarme sobre mis actuaciones, mis padres, León, la radio… y poniéndose al día de toda mi vida actual. Menos de Cristina, claro.
-Anna, está muy bien que te quieras enterar de mi vida de ahora y tal pero… ¿no crees que deberíamos hablar de otra cosa?-le contesté después de un rato contestando sus preguntas.
-¿De qué quieres hablar?-me preguntó seria.
-No sé… de nosotros, ¿quizás? De lo que acaba de pasar… de lo que nos hemos dicho hoy. ¿Y de lo que vamos a hacer a partir de ahora?
-Ya… mira Dani… yo no quiero cambiar las cosas como están. No me refiero a nosotros, sino a todo lo otro. Ahora estoy bien como estoy y me ha costado estar así. Pero te quiero y no puedo evitar desear estar contigo también. Porque… ¿tú no tendrás pensado dejar a Cristina, verdad?
-Claro que no.-le contesté seguro. No le pregunté si ella lo iba a hacer con Miki porque ya sabía la respuesta.
-Pues eso.
-Sé que estamos haciendo algo mal pero… ¿qué más da? Prefiero estar así que no tenerte. Prefiero tenerte para mí unas horas a no tenerte nunca. Y me gusta que sea así. Tengo ganas de vivirlo de esta manera, ¿por qué no? Ya hemos sufrido demasiado… Podemos dejar de sufrir y pensar en lo que nosotros queremos. Estar juntos, ¿no? Pues lo vamos a hacer.
-Sin que nadie se entere-dijo ella decidida.
-Sin que nadie se entere.-repetí yo.
-Está bien.-resopló sonriendo mientras se acercaba otra vez a mí. Me cogió de la cara y volvió a besarme lentamente. Amo sus besos… Y mientras sentía el roce de sus labios en los míos, algo nos estorbó la “fiesta”. Un móvil que estaba sonando. Una llamada que, mucho a mi pesar, tuve que responder.
-Es Cris.-le dije a Anna después de colgar.-Dice que quiere ir a cenar conmigo. Y no le voy a poder decir que no…
-Claro, no pasa nada. Hemos quedado en que no íbamos a cambiar nada. Yo me voy a casa.-dijo sonriéndome. Cogió su bolso y la acompañé hasta la puerta.
-Lo siento. Pero, por otra parte, me gusta que sea así. Te quiero Anna.-le dije acercándome a sus labios por última vez.
-Te quiero guapo. Que vaya bien, hasta mañana.-me contestó con un pico y me dejó apoyado en la puerta. Un suspiro de felicidad inundó la entrada de mi piso. -Por fin… por primera vez, me siento bien despidiéndome de Anna. Creo que esta idea es la mejor que se nos podría haber ocurrido. Soy feliz…-.pensé.