dimecres, 31 d’agost del 2011

Capítulo 92: ¿Por qué esconderlo?

Volví andando hacia casa. Me fui a dormir contento pero con algo que frenaba mi felicidad. No sabía qué podía ser pero seguía preocupado... Decidí no pensar más en ello y conseguí dormirme. El jueves me desperté temprano y fui al programa. Al llegar me encontré con Flo.
-Buenos días Dani.-dijo.
-Hola Flo.-le dije e iba hacia mi camerino cuando me frenó.
-Dani, espera. Quiero hablar contigo.-¿hablar conmigo? Nunca lo decía así tan seriamente... Normalmente cuando Flo quería hablar conmigo era para alguna sección o algo relacionado con el programa pero esta vez me temía que era para todo lo contrario...
-Dime.-dije algo nervioso.
-Vamos a mi camerino.-fuimos y al entrar vi que Anna también estaba. Me sorprendí al verla y me puse más nervioso.
-¡Anna! ¿Qué haces aquí?-le pregunté sonriendo. Anna me sonrió pero al mirar a Flo se volvió a poner seria.
-La he llamado yo también.-dijo Flo.
-Ah... ¿para qué?-pregunté. Nos sentamos los tres en el sofá y Flo empezó a hablar.
-A ver chicos, cómo os digo esto...
-¿Qué pasa papi?-preguntó Anna, que tenía la misma cara de extrañez que yo.
-Pues que últimamente hay muchos rumores por aquí sobre vosotros... Yo no quiero confirmar nada pero se especula de que tenéis algo pero no queréis decir nada...
-¿Q.qué? ¿C.cómo?-dijimos los dos.
-Vale, os lo cuento... Moni os pilló besándoos hace dos días...-¿qué? nuestras caras al escuchar aquello fueron un cuadro. Anna también se puso nerviosa y no sabía qué decir. Al ver que no respondíamos ninguno de los dos Flo continuó hablando.
-Chicos, que no pasa nada. Lo que me molesta es que no me lo hayais dicho. Hay confianza entre nosotros, ¿no? Y, bueno, ahora que se acaba esta etapa pues no entiendo por qué lo tenéis tan escondido... Aunque hay muchas más cosas que tampoco entiendo pero eso ya es vuestra vida personal y no me voy a meter...
-Lo siento mucho Flo.-dijo Anna.-la verdad es que si, estamos juntos.
Me sorprendió la respuesta de Anna. ¿Estamos juntos? En teoría, ella aún está con Miki... aunque sé que sólo me quiere a mi... No sé, no me lo esperaba por su parte.
-Si... Yo también lo siento.-me atreví a decir.
-En realidad, no queremos que nadie lo sepa. Y te pedimos por favor que de momento, no digas nada, por favor.-dijo Anna cruzando los dedos.
-¿Pero qué hay de malo en que la gente lo sepa?-preguntó Flo. Yo me preguntaba lo mismo. Así que estaba esperando una respuesta por parte de Anna pero esa respuesta no llegó. Se quedó en silencio, sin decir nada.
-Bueno, de todos modos, respeto vuestra opinión. No se lo voy a decir a nadie. Pero que sepáis que esto no me lo esperaba de vosotros, chicos. Creía que había más confianza... En fin, os dejo solos.-y así, dejandonos aún estupefactos, Flo se marchó de su camerino.
Al cerrar la puerta, me giré para mirar a Anna. Estaba con la cabeza mirando al suelo. Tenía las manos sobre sus muslos y parecía decepcionada. Lo último que quería Anna en ese momento era que se enteraran de nuestra relación y no se lo tomó muy bien.
-Anna...
-No, Dani. Déjalo. Ahora ya está. Sé que eso era lo que querías pero para mi ha sido lo peor que podía oír ahora mismo...
-Pero ¿por qué? ¿Qué hay de malo, Anna? Si de verdad nos queremos, ¿por qué esconderlo?-le pregunté colocando mi mano sobre una de las suyas.
-Porque yo aún estoy con Miki, Dani. Porque no quiero que nadie sepa lo nuestro hasta que yo no haya cortado con Miki. Hasta que no esté segura de que Miki sepa que no quiero estar con él. Imagináte que, por muy difícil que sea, Miki se entera por alguien del programa que estamos juntos. Le rompería el corazón...
-Ya, te entiendo. Pero cuando cortes con él, se lo vas a romper de todos modos... ¿no?-le pregunté acariciándole la mano.
-Ya lo sé... pero hasta que no lo haga, no quiero que se entere por nadie que no sea yo.

dimarts, 30 d’agost del 2011

Capítulo 91: Lo que haga falta

Seguíamos los dos en mi cama. Aún permanecíamos desnudos pero ahora no nos tocábamos. Tenía a Anna tumbada a mi lado mirando hacia la ventana. Yo estaba mirando al techo. Aún estábamos con la respiración algo acelerada. La miré y sonreí. Notó mis ojos en su nuca y también se giró para mirarme. Con los ojos nos lo decíamos todo. Le seguían brillando, ahora de otra forma. Más intensamente. Ambos nos transmitíamos mucho amor y mucha felicidad. Me sonrió y me miró el torso.
-Ven aquí.-le susurré cogiéndole el brazo. Se incorporó hacia mi y le acaricié la espalda con una mano. Con la otra le aparté un mechón de pelo de los ojos para verla mejor. Le di un beso en la nariz y la abracé. Dejó caer su cabeza sobre mi pecho, me lo besó y a la vez, hizo que mi respiración frenara. Estuvimos un rato en esa misma posición sin decir nada. Si os soy sincero, había perdido la noción del tiempo. Con Anna me pasaba frecuentemente. Era estar con ella y olvidarme de todo lo demás. Y más cuando hacíamos el amor de esa manera. De repente se giró y me miró.
-¿Vamos a comer algo? Me ruge el estómago...-dijo y en ese momento, me di cuenta de que me estaba pasando lo mismo.
-Claro.-dije y nos levantamos los dos. Me puse los calzoncillos, unos pantalones cortos y una camiseta. Anna se volvió a poner el vestido. Entramos en la cocina y miré el reloj. ¡Ya eran las diez y media! La verdad es que no tenía nada para cenar ni para darle a Anna...
-¿Y si vamos a algún sitio a cenar?-le propuse. Aceptó enseguida y fui a cambiarme. Me puse una camisa negra, tejanos y mis fieles converse negras.
-¿Listo?-me preguntó Anna al verme.-Ui, qué guapo...
-Jajaja. Listo, vamos cuqui.-le dije acariciándole el trasero. Salimos y fuimos andando hasta el restaurante más cercano. Pedimos mesa para dos y nos sentamos el uno en frente del otro. No había ningún joven así que nadie nos reconoció.
-¿Dónde me has traído? Esto está lleno de abuelos... jajaja-me dijo riéndose.
-Jaja lo he hecho para que te sientas como en casa...-le dije también riendo.
Dani!!-gritó empujándome el brazo.
-Eh, no te enfades abuela!-dije sonriendo.-Que es broma cari...
-Jajaja, ya te vale...
Pedimos la carta y nos sirvieron enseguida. Pronto empezamos a comer y a hablar.
-Oye cuqui... Aún tienes en mente lo que te dije el lunes, ¿verdad?-le pregunté.
-Claro...-se puso seria.
-¿Y...?-dije esperando alguna respuesta.
-Pues, lo he estado pensando y... hasta el sábado no veo a Miki así que este viernes no te podré decir nada...-se había puesto un poco nerviosa. Ya no me miraba.
-Es verdad... Joder, Anna...
-¿Qué pasa...?
-Es que es pensar que este finde no te veré y además estarás con ese y... me pongo nervioso.-dije. Me miró y me sonrió acariciándome la mano encima de la mesa.
-Dani no pienses más en eso. Ahora me tienes aquí, contigo. Estoy con el hombre que quiero así que no tienes por qué sentirte mal.-dijo mirándome a los ojos.
-Tienes razón...-continuamos comiendo y enseguida cambiamos de tema. Al acabar de cenar, la acompañé andando hasta su casa. Por el camino íbamos cogidos por la cintura y no parábamos de darnos mimos. Yo no paraba de darle besos y ella de responderme. Hasta que llegamos a su portal. Me abrazó fuertemente y pegó su frente a la mía.
-Buenas noches cari.-dijo y me dio un beso muy sentido.
-Anna, quiero que sepas que voy a hacer lo que haga falta para tenerte sólo para mi, ¿me oyes?-le dije respondiéndole al beso. Al decírselo, sonrió.
-Lo sé. Y recuerda: t'estimo.-me dio otro beso y se fue acariciándome el brazo. Y allí, sin inmutarme, me quedé plantado en su portal hasta que ya no la vi.

dilluns, 29 d’agost del 2011

Capítulo 90: T'estimo

Al acabar el programa fuimos el uno al lado del otro hacia nuestros camerinos.
-Vengo a las siete, ¿vale?-me susurró Anna, para que no nos oyera nadie.
-Vale. Ahí te espero.-le dije sonriendo, le acaricié el brazo y entró en su camerino.
Yo cogí las llaves del coche y me fui hacia casa. Me duché y ordené un poco el piso. Me senté al sofá y miré la hora: ¡ya eran las siete! volví al baño para echarme colonia y justo entonces, sonó el timbre. Fui corriendo hacia la puerta para abrir.
-¡Hola cari!-me saludó alegremente con un vestido violeta y el pelo recogido del programa.
-Hola cuqui... buff estás... ¡estás tremenda!-dije poniendo voz de imitador. Me miró sonriendo y entró.
-Y tu estás muy guapo.-dijo dándome un pico. Cerré la puerta y fuimos al salón.
-¿Quieres tomar algo?-le dije cuando se sentó.
-Vale.-dijo mirándome fijamente.-Ven.
Me acerqué a ella y me senté a su lado. Me cogió la nuca y empujándome hacia ella me besó lentamente. Se separó y pegó su frente a la mía sonriendo.
-Ummm... ¿y qué querías tomar?-le pregunté.
-Esto...-dijo volviéndome a besar. Sonreí al responderle al beso y seguimos besándonos mientras le cogía la cara con la mano.
-¿Y si... lo tomamos los dos pero en otro sitio?-le dije separándome un poco.
-Si... Eso es lo que estaba deseando oír.-me dijo con la respiración entrecortada. Yo sonreí y la cogí en brazos. Mientras la traía a mi habitación Anna no paró de besarme el cuello. La dejé caer en mi cama y me tumbé a su lado. Rápidamente me empujó hacia ella para continuar besándonos. Se sentó encima mío y yo le cogí las manos. Las empujé hacia mi y me volvió a besar fuertemente. Le estaba acariciando las caderas cuando empezó a desabrocharme la camisa. Con cada beso, nuestra respiración se aceleraba más y más. Me quitó la camisa y me besó todo el torso acariciándome el contorno. Me provocó un escalofrío y se me puso la piel de gallina. La cogí de la cintura y nos giramos para acabar colocándome encima suya. Sonrió y la volví a besar. Entre esos besos tan apasionados nos íbamos quitando la ropa. Me empezó a acariciar la espalda y yo le desabroché el sujetador. Me miró mordiéndose el labio de deseo mientras le acariciaba todo el cuerpo sin parar de besarla. Nos acabamos quitando el resto de la ropa e hicimos el amor muy ferozmente. Con toda esa pasión y deseo contenidos. El deseo que se respiraba era exagerado y los dos nos sorprendimos al ver las ganas que teníamos ambos. Anna me hizo sentir suyo otra vez y yo sentí que sólo era mía. Necesitaba volver a sentir su cuerpo de esa manera y volver a sentirla a ella. Estuvimos haciendo el amor durante mucho rato hasta quedar muy satisfechos. Y así, con una pasión irreconocible conseguimos resolver esa tensión sexual una vez más.
Nos encontrábamos desnudos. Estábamos tumbados con nuestros cuerpos pegados. Notaba su respiración en mi cuello porque estaba encima mío. Habíamos terminado muy cansados pero ahora no nos podíamos sentir más felices. Lo que me hace sentir esta mujer, no tiene precio. De pronto, se dejó caer a mi lado y yo me giré de caras a ella. Me miró a los ojos. Le brillaban, como todas las veces que se los miro después de hacer el amor.
-T'estimo.-me susurró acariciándome la cara.
-¿Eso significa "te quiero" no?-le dije aún con la voz entrecortada del cansancio.
-¿Tu qué crees?-me dijo sonriendo.
-Que yo también t'estimo.-dije y la volví a besar, ahora con amor, mucho amor.

Capítulo 89: Tengo ganas de ti

Llegué a casa un poco enfadado. Tenía muchas ganas de estar con Anna y cuando me dijo que no podía quedar me enfadé. En fin, me estiré al sofá y me pasé allí el resto del día. Nacho se había ido ya a casa de un amigo y me encontraba solo. Como siempre. Más tarde me llamaron mis amigos para ir a ver el fútbol y fui encantado. Así desconecté un poco de todo porque con ellos siempre me siento genial. Son lo mejor, me hacen reír y además me lo paso bien. ¿Hay algo mejor que ver un partido de fútbol con tus amigos? La verdad es que miento si digo que si... hubiera preferido quedar con Anna pero eso tampoco estaba nada mal. Aproveché para volver a ponerles al día de mis líos amorosos y acabaron diciéndome lo mismo que Nacho. Y así lo haré, pensé.
Al acabarse el partido me fui a casa temprano ya que al día siguiente había programa. Me puse el pijama y al tumbarme a la cama me llegó un mensaje. Quería coger el móvil tan rápidamente que me cayó al suelo. Mierda! Se me había caído la tapa y la batería también, soy un desastre... Lo monté otra vez y vi que el mensaje era de Anna. ¡De Anna!! Abrí los ojos de golpe y lo abrí. Al leerlo no pude evitar que me saliera una sonrisa tonta: "Mi amor, mañana por fin podré quedar! tengo ganas de ti..." Me encanta que me diga esas cosas, y que me llame "mi amor", eso me mata. La adoro, ¿os lo he dicho antes? Pues os lo vuelvo a repetir, la adoro. No le respondí al mensaje, preferí esperar a verla en persona para que tuviera más ganas de quedar conmigo. Después de mucho pensar conseguí dormirme.
Ese miércoles me levanté temprano. Me vestí y desayuné como siempre. Fui al programa y me encerré en mi camerino. Mientras leía el guión volví a recordar que era el último miércoles de Tonterías... qué pena, pensé. Justo en ese momento oí como se cerraba la puerta de otro camerino. Miré el reloj. A estas horas... seguro que es ella. Me levanté y salí al pasillo dirigiéndome a su camerino. Abrí la puerta y, si, había acertado. Acababa de llegar y aún estaba dejando sus cosas encima de la mesa. Estaba de espaldas a mi y no se giró. Cerré la puerta y fui corriendo hacia ella hasta cogerla por detrás y apoyar mi cabeza en su hombro.
-¿Así que tienes ganas de mi, no...?-le dije al oído. Sonrió tímidamente pero luego intentó ponerse seria.
-No me contestaste al mensaje...-me dijo algo triste.
-Cari ya sabes que yo prefiero contestarte en persona. Es mejor, ¿no?-dije girándola para verla de caras. Qué guapa es, pensé. Me encanta así al natural, sin maquillar. Sus ojos me enamoran.
-¿Ah si? ¿Y dónde está la respuesta?-dijo mirándome fijamente. Yo también la miré, sonreí y la besé con muchísimas ganas. A la misma vez, ella puso sus manos en mi cara mientras me la acariciaba al besarme. Aún seguíamos besándonos con mucha pasión cuando, de repente, oímos unos pasos. Instintivamente, los dos nos separamos y nos quedamos mirando la puerta en silencio. Anna me miró y al ver que no entraba nadie me volvió a abrazar. Me cogió la cara para que la mirase y me volvió a besar fuertemente. Los dos sonreímos y me fui a mi camerino. Por poco nos vuelven a pillar...
Durante la comida Anna y yo nos miramos mucho. Ese día había mucha tensión sexual entre nosotros y ella no paraba de sonreírme. En el programa tuvimos que disimular bastante aunque acabamos acercándonos a ratos. Mientras le tocaba leer el guión no podía parar de mirarla. Hoy por fin podemos quedar, como dijo ella. Y al pensarlo, sonreí mirándola embobado hasta que Flo me miró extrañado...

diumenge, 28 d’agost del 2011

Capítulo 88: La amo

El día siguiente me levanté con ganas de verla. Quería que se diera cuenta de que era yo el que la quería de verdad. Me duché, me vestí y desayuné. Al entrar al programa vi a Romina sentada en un pasillo.
-Buenos días Romi, ¿qué haces aquí?-le pregunté extrañado.
-Hola Dani! Pues mira... Quería hablar contigo, ¿puedo?-dijo levantándose.
-Si, claro. Vamos a mi camerino.-dije. Una vez dentro, se sentó en mi sofá y me miró seria.-¿Qué pasa?
-Bueno, Flo y Annita ya lo saben, sólo faltas tu. Nada que... no voy a seguir con vosotros en la próxima etapa... Me han ofrecido otra oferta en antena 3 y he decidido aceptarla.-dijo sacando una pequeña sonrisa.
-¿De verdad? Me alegro por ti Romi. Eso si, te echaremos de menos, jaja.-le dije acercándome a ella.
-Uuh qué raro me ha sonado eso viniendo de ti... jajaja-nos pusimos a reír y le di un abrazo.-Toma, es de Tucumán, para que todos tengáis un recuerdo mío.
-¿Para mi?-Romina se puso a reír y la miré extrañado.
-Jajaja si. ¿De nada?-me preguntó.
-¡Gracias Romi!!-dije y le volví a dar un abrazo.
Dani!-me giré al oír su voz. La reconocí enseguida. Anna acababa de entrar en mi camerino y nos pilló a mi y a Romina abrazados. No sabía que Romi estaba conmigo y se quedó cortada al verla.-Bue.nos días...
-Jaja ¡Hola cuquita!!-dijo Romina acercándose a ella para abrazarla. Anna le respondió al abrazo y yo me quedé en un segundo plano, mirándolas. Romina me guiñó el ojo al salir y nos dejó solos. Empecé a creer que ella también sospechaba lo nuestro... pero me daba igual.
-Lo siento cuqui, estaba hablando con Romi, me ha dicho que se va a otro programa...-le dije acercándome a ella.
-Si...-me bajó la mirada.
-Y... ¿a qué venías?-dije rodeándola con los brazos por la parte baja de la espalda.
-¿Tu qué crees...? A saludarte, tonto.-dijo mirándome a los ojos.
-Jaja a ver cómo me saludas...-dije separándome de ella.
-¡Buenos días Dani! ¿Qué hacías abrazado a Romina?-me sorprendió su pregunta. Puse cara de sorprendido y Anna, al vérmela, se arrepintió de habérmelo dicho. Levanté las cejas y se avergonzó.
-Uiih... ¿Y eso?-dije sonriendo.
-Hombre, yo venía con todas las ganas de saludarte y te encuentro abrazado con Ro-la corté con un beso en los labios. Al separarme se quedó callada mirándome. Sonreí y la volví a besar, esta vez más apasionadamente acariciando su espalda. Entonces noté cómo sonreía dentro del beso y me abrazó fuertemente.
-Me encantas cuando te pones celosa...-le dije dándole un beso en el cuello.
-¿Celosa? Vale, lo reconozco, un poco...-dijo sonriendo y me rodeó el cuello con sus brazos. Esta vez me besó ella lentamente y yo le respondí durante un buen rato.
-Te quiero sólo para mi.-le susurré al oído al parar de besarnos.
-Soy sólo para ti.-me susurró ella y me dio un tierno beso en el cuello.
Ese día encontré a Anna mucho más cariñosa conmigo. Ella también tenía ganas de estar a solas conmigo, tantas como yo. Durante el programa nos reímos mucho, ya que era la última semana de Tonterías y lo teníamos que aprovechar al máximo. Al acabar, entró en mi camerino y me cogió por detrás.
-Me voy...-dijo mientras me besaba la nuca.
-¿Te vas? ¿Vengo a tu casa más tarde?-dije girándome de caras a ella.
-Hoy tampoco puedo... Tengo que ir al médico. Hasta mañana cari.-dijo dándome un pico. La agarré empujándola fuertemente hacia mi y la volví a besar con muchísimas ganas. Ella me respondía y, al hacerlo, yo no podía parar de besarla. Estuvimos aún más rato que antes besándonos hasta que ella se separó de mi. Me mordió el labio, seguidamente me lo acarició con la yema de su dedo y se fue no sin antes echarme otra miradita. La amo, pensé al observarla marchándose.

Capítulo 87: Ideas claras

Esa tarde no vi a Anna. Ella tenía que hacer recados y yo tampoco podía quedar porque tenía que ir a recoger a mi hermano en el aeropuerto, otra vez. Hacía tiempo que no le veía, así que a pesar de no poder quedar con Anna, estaba contento. Me encontraba en el coche, conduciendo hacia el aeropuerto con la radio encendida. Sólo espero que Anna deje a Miki de una vez, es lo único que deseo en este momento. Pero bueno, ahora tengo que pensar en recoger a Nacho así que no tengo ganas de preocuparme por mis movidas, pensé.
Llegué un poco tarde. Nacho ya hacía un cuarto de hora que me estaba esperando y cuando subió al coche me disculpé.
Nachete! Lo siento, es que vengo de trabajar y no he podido llegar más temprano...-dije como excusa. La verdad es que ese día habíamos salido temprano del programa pero me había quedado un rato más con Anna.
-Bueno... No importa.-dijo buscando algo en su maleta. Arrancamos y fuimos hacia casa. Por el camino Nacho no paraba de mirarme.
-¿Y qué tal?-dije yo para empezar la conversación. Me miró fijamente.
-Mejor que tu, creo...
-¿Por qué? ¿Qué pasa?-le pregunté mientras miraba el retrovisor.
-No sé... ¿Qué te pasa a ti? Estás raro, como nervioso o preocupado.-dijo sin parar de mirarme.
-Si... estoy cansado y creo que tengo cosas que contarte... aunque no sé cómo te lo vas a tomar.-le dije seriamente. Nacho es mi hermano pequeño y lo conozco perfectamente, en ese mismo momento, sabía la reacción que iba a tener al contárselo.
-Dispara. Tiene que ver con Anna, ¿verdad?-dijo sin más.
-Vaya, si que me conoces...
-Jajaja soy tu hermano, ¿recuerdas?-dijo riéndose y haciendo un gesto de "pillarlo" con los dedos.
-Pues, si, estoy con Anna. Bueno, si se puede decir que estamos porque para mi aún no... para ella si... es algo raro. Vas a pensar que estamos locos...
-¿Cómo? No entiendo nada... a ver, des del principio Daniel.-me dijo. Le veía interesado en el tema. Le conté que habíamos roto y que Anna había vuelto con Miki pero que ahora volvíamos a acostarnos y que ella quería estar conmigo.
-No me lo puedo creer... Pues si, estáis locos. Y tu el que más... Creo que no deberías hacer esto. Quiero decir que no estés con ella hasta que no rompa con el novio. Parece que te está utilizando, por decirlo de alguna manera...
-No entiendes nada. Anna no me utiliza, lo está utilizando a él. Pero eso no es lo que me preocupa. Yo ahora mismo sólo quiero que rompa con él y que esté conmigo. Pero dice que necesita un poco de tiempo para decírselo...-dije aparcando. Acabábamos de llegar. Nacho cogió su maleta y se fue directamente al portal. Yo fui tras él después de cerrar el coche.
-No sé Dani, haz lo que quieras.-me dijo serio. ¿Haz lo que quieras? Este no es el Nacho que yo conozco...
-¿Cómo? Dame tu opinión, sólo te pido eso. No sé qué debo hacer joder...-dije para que me hiciera caso. Al subir al ascensor me miró y sonrió.
-Dani haz lo que sientas. Aquí quien manda eres tu, no necesitas consejo de nadie. Es lo mejor que puedes hacer.-dijo. Mientras miraba las llaves del coche pensé que tenía razón. Nadie podía darme mejor consejo que ese. Llegamos a casa y mi hermano se estiró al sofá. Lo notaba muy cansado del viaje y se durmió al poco rato. Yo estaba preparando la cena en la cocina mientras pensaba en lo que me acababa de decir. Gracias a mi hermano pequeño conseguí por fin tener las ideas claras. Antes de hablar con él me había convencido yo mismo de que lo mejor sería dejarlo todo. Sin embargo, ahora pensaba todo lo contrario.

dimarts, 23 d’agost del 2011

Capítulo 86: Cabreado y molesto

Empezó el programa. Flo no paraba de decir que era la última semana de Tonterías y me volví a poner triste... Pero miré a Anna y me estaba sonriendo. Entonces enseguida me vino a la mente lo que me acababa de decir: "Por fin podremos estar solos más de un día..." No sabéis las ganas que tenía de estar a solas con Anna. De tenerla sólo para mi en todo momento. De pasar los días a su lado a todas horas sin que nadie nos impidiera besarnos, ni tocarnos, ni... Aunque, pensándolo bien, ella sigue saliendo con Miki, así que muchos días juntos no podremos pasar... me cabreé y me puse serio de repente. Era pensar en Miki y enfadarme. No lo quería ver. No lo quería en mi vida y menos en la de Anna. No entendía como había podido volver con él después de todo... No me entraba en la cabeza.
Acabó el programa y me fui a mi camerino. Seguidamente, entró Anna y me abrazó por detrás. Le acaricié las manos y suspiré. Me giré y la miré serio.
-¿Qué te pasa, cariño?-me preguntó preocupada.
-Nada... Tonterías mías...-le dije. La verdad es que no tenía ganas de explicárselo...
-Vamos, no seas tonto. Cuéntamelo. Ven.-me cogió del brazo y nos sentamos en mi sofá.-¿Qué pasa?
-Nada Anna... Que durante el programa me he puesto a pensar en lo que me has dicho hoy y...
-¿Y?-preguntó mirándome a los ojos aunque yo no lo hacía.
-Pues que... si sigues saliendo con Miki, no podremos estar tanto tiempo juntos como dices...-de repente, cambió su expresión. Se puso seria y me apartó la mirada.
-Ya... Pero entiéndeme no puedo hac-la corté.
-No. No me pidas que te entienda, por favor. Entiéndeme tu a mi.-le dije mirándola a los ojos.
-Vale. Lo sé. Mira, lo voy a arreglar, ya te lo dije Dani. Déjame unos días, sólo eso.-me dijo cogiéndome las manos.
-Anna, no me gusta decirte esto pero... Te dejo hasta esta semana. Quiero que el viernes me digas algo y ya sabes lo que quiero oír... No puedo continuar así... En tus manos está.-dije levantándome. Ella seguía seria y también se levantó.
-Está bien... Pero no te vayas así ahora. Por favor... Te he dicho que lo voy a arreglar.-dijo cogiéndome la cara.
-Ya. Es que me cuesta estar así contigo mientras sé que aún estás saliendo con él...
-Pero Dani, esto ya lo hablamos... Lo siento, ya lo sabes...
-Lo sé. Bueno, dejémoslo. No quiero pensarlo más. Me voy a casa.-le dije cogiendo las llaves.
-Dani no te vayas así. ¿Tampoco te vas a despedir de mi?-dijo abriéndose de brazos.
-Bff...-me quedé unos segundos mirándola en silencio. Me estaba mirando a los ojos, no podía dejarla así... No me lo pensé dos veces: dejé las llaves en la mesa y corrí hacia ella. La abracé fuertemente y ella hizo lo mismo. Me dio un beso en el cuello y, seguidamente, no paró de besarme en la mejilla.
-Te quiero.-dijo alto.-Y mucho.
Me encantó que me lo dijera de esa manera. Normalmente, siempre nos lo susurramos pero esta vez Anna quería que me diese cuenta de verdad que sólo estaba enamorada de mi y me encantó. Aunque por dentro seguía molesto por lo de Miki, en ese momento no pude resistirme a besarla. La besé con todas mis fuerzas y con la rabia que llevaba contenida. Deseaba que sólo fuera mía, de una vez por todas.

Capítulo 85: Esos besos...

Entré en el comedor y vi que había sitio libre en frente suyo. Así que cogí la comida y me senté. Al sentarme me miró sonriéndome y negando con la cabeza como si me dijera: "no tienes remedio..." Yo también sonreí y disimulé. Empezamos a comer y luego llegó Flo. Se sentó a mi lado e, inconscientemente, soplé. Por suerte, no me oyó. No quería que Flo se sentara ahí, así no podría mirar a Anna ni jugar con ella por debajo de la mesa... No podríamos sonreírnos porque nos pillaría...
-Ei chicos, ¿qué tal?-nos dijo.
-Bien..-contestamos a la vez. Flo se rió y yo y Anna también al mirarnos. Continuamos comiendo los tres y de repente le rocé la pierna a Anna con mi pie. Me miró rápidamente y sonrió bajando la mirada. Yo también sonreí. En ese momento, Flo nos miró extrañado.
-¿Qué os pasa, hoy? ¿Estáis tontos, o que?-dijo sonriendo. Anna y yo nos pusimos serios pero enseguida me reí para disimular.
-Jajaja no... cosas de compañeros...-dije sonriendo.
-Ya, ya...-dijo Flo. Anna me miró seriamente para que parara. No la toqué más en toda la comida pero nos reímos muchísimo. Los tres. Siempre que nos juntamos acabamos a carcajadas y ese día no fue menos. Anna acabó de comer y se fue a vestirse. Yo y Flo nos quedamos hablando un rato más y me fui también a vestirme. Cuando llegué a maquillaje Anna aún no estaba así que la esperé a la entrada del plató, como siempre. Me quedé un rato parado observándolo. Aquella era la última semana de Tonterías las justas... De repente, me puse un poco triste. Me daba pena dejar esta etapa, aunque me ilusionaba mucho más la que venía. Ya estaba con la nostalgia... Siempre igual. Estaba caminando hacia la zona del Ranking pero algo me paró.
Dani!-dijo la voz de Anna. Me giré rápidamente y fui hacia ella.-¿A dónde ibas?
-¿Eh? Ah no... A la zona del Ranking. Es que me he puesto a pensar, y... es la última semana de Tonterías...
-Ya... A mi también me da pena, pero... ¡vamos a tener un mes de vacaciones! Eso está muy bien.-me dijo cogiéndome la mano.
-Tienes razón.-le dije intentando sacar una sonrisa.
-Va, no pienses más en ello que pareces Flo...-dijo riendo.-está con una nostalgia encima el pobre... y aún no ha acabado, imagínate! Jaja
-Jajaja, es verdad... Flo me supera.-dije mirándola a los ojos. Su risa siempre me ha tranquilizado. Es como si tuviera un poder sobre mi... es superior a mis fuerzas. Siempre que la veo feliz y contenta, sin quererlo, también me lo pongo yo. Sé que suena cursi pero tengo que reconocerlo...
-Ya hablaremos para ver cómo nos montamos las vacaciones, ¿no?-dijo mirándome con una sonrisa pícara.
-Uuui, es verdad... No lo había pensado...-dije irónicamente agarrándola de la cintura y empujándola hacia mi. Al pegarme a su cara me sonrió.
-Ya...-dijo mirándome los labios. La besé efusivamente y me respondió con la misma fuerza.-Por fin podremos estar solos más de un día...
-Por fin. No te dejaré salir de mi cama, pequeña...-le dije acariciándole los labios con los míos.
-¿Ah no...?-dijo levantando las cejas.
-Por supuesto que no.-le contesté pegando mis labios a los suyos hasta fundirnos en otro beso de los nuestros. Esos besos que sólo me he dado con ella. Esos besos tan mágicos que me llevan a algo fuera de lo normal. Esos besos que amo y siento tanto. Esos besos... no los cambiaría por nada del mundo.

Capítulo 84: La mujer perfecta

Seguía en mi camerino repasando el guión cuando oí unos pasos. Sabía que era ella, acababa de llegar. Oí la puerta de su camerino cerrándose. Quiero ir... me dije a mi mismo. Pero no sé si debo... Anna me regañará si voy aunque sé que ella tiene muchas ganas de que vaya... Esperaré un poco. Estuve un cuarto de hora más en mi camerino y, de pronto, llamaron a la puerta.
-¡Pasa!-grité para que me oyera. Me puse nervioso de repente, aunque no sé por qué... Abrió la puerta y me miró seriamente.
Cuqui! ¿Qué haces aquí?-le dije sonriendo.
-¡Lo qe tu no has hecho! ¿Qué pasa, hoy no vienes a mi camerino...?-sonaba ofendida pero en gran parte lo hacía de broma. Me puse a reír y cerró la puerta.
-¡Eh! Martínez, ¡no te rías de mi!-me dijo también sonriendo y señalándome con el dedo índice.
-Jajaja, es que eres muy graciosa cari...-le dije abrazándola para que me "perdonara". Se le escapó una sonrisa tonta y le di un beso en la mejilla.
-Es que no he podido resistirme a venir...-me susurró al oído.
-Ya... ahora me entiendes, ¿verdad?-le dije riendo.
-¿Osea que lo hiciste para conseguir que viniera yo hoy?-me dijo separándose.
-Jajaja, si... Para ponerte a prueba...-dije aún riendo.
-Qué tonto eres...-sonrió y la volví a abrazar.
-Un tonto que ha conseguido a la mujer perfecta. A la que todos los hombres querrían.-le susurré. Entonces no sonrió, ni se rió. Me abrazó más fuertemente y me dio un tierno beso en el cuello. Me aparté para mirarle los labios y la besé con mucho amor. Me estaba respondiendo al beso y noté que sonreía. Se separó y me miró fijamente a los ojos.
-No seas exagerado...-dijo sonriendo.
-Sabes que no lo soy.-le dije serio. Volvió a sonreír y me dio otro beso.
-Me voy.-dijo. La agarré del brazo empujándola hacia mi y la volví a besar, ahora con más ganas y más pasión.-Ummm...
-¿No te ibas?-le dije separándome.
Dani!-me pegó en el brazo pero no me hizo daño.
-Jajaja, es broma mujer...-le dije y le di un pico.
-Ai... Me voy. Chao.-dijo sin responderme al pico y se fue. Me quedé quieto durante unos segundos con una sonrisa tonta y al darme cuenta me reí de mi mismo. Estuve un rato más en mi camerino hasta que llegó la hora de comer. Bajé y me encontré con Anna por los pasillos. Ella iba delante mío y no me había visto. Corrí sin hacer ruido hasta ella.
-¿Dónde vas, guapa?-le susurré al oído. Se asustó y se giró rápidamente. Al ver su cara, me puse a reír como un loco.
Dani! ¡No me pegues esos sustos, animal!!-gritó enfadada.
-Jajajaja. ¿Quién creías que era, boba?
-Yo que sé, ¡pero me has asustado!-dijo poniéndose a mi lado.
-Lo siento cuqui...-dije cogiéndola de la cintura.-¿Me perdonas?
-Dani... Sabes que aquí no podemos hacer esto... No me cojas...-me dijo quitándome suavemente la mano de su cintura.
Aii!-me quejé como un niño pequeño.-¿Por qué no...?
-Ya lo sabes. Y no te hagas de rogar. Después de comer ya tendremos un poco de tiempo...-me dijo en voz baja mirando hacia el otro lado para que nadie la escuchara.
-¿Me lo prometes?-le pregunté en el mismo tono.
-Si...-dijo y se fue andando por delante de mi hacia el comedor.

dilluns, 22 d’agost del 2011

Capítulo 83: Sólo a mi

Estábamos aún en el sofá, tumbados en la misma posición. Anna ya había dejado de disculparse y seguíamos en silencio. Ella no había parado de acariciarme la espalda y besarme el cuello a ratos. Yo estaba mirando al suelo, con la cabeza apoyada en su hombro, aún pensando. De repente, me dejé caer hasta quedar tumbado en el suelo mirando al techo. Anna me miró y también se dejó caer encima mío. Veía que no le hablaba y seguía preocupada. Me cogió la cara con sus manos y nos miramos a los ojos. A los dos nos brillaban, acabábamos de vivir un espectáculo de amor magnífico y aún lo teníamos en mente. Ella los tenía un poco rojos aún y me besó tiernamente los labios. Sentía su cuerpo desnudo pegado al mío y coloqué mis manos en su espalda. Entonces pasó sus labios por mi cuello llevándome a una intensidad de deseo que nunca pensé que pudiera sentir. Luego, me acarició el contorno de mi torso y el placer fue compartido mientras me empezó a hacer el amor. Esta vez dejé que fuera ella quien mandara y con sus caricias consiguió aumentar cada vez más el placer. Y así, estirados en el suelo, me hizo el amor sin parar de besarme. Al acabar, mis manos se deslizaron por la suavidad de su piel y ella suspiró de alegría. Al oírla, sonreí. Me había sentido como si ella nunca quisiera dejarme ir. Y eso me ayudó a convencerme de que sólo me quería a mi.

Seguíamos en el suelo pero ahora con algo de ropa. Nos habíamos puesto la ropa interior y estábamos abrazados. Ella con la cabeza apoyada en mi pecho y yo rodeándola con mi brazo. Nunca pensé que haciendo el amor en el suelo pudiera llegar a sentir tanto. De pronto oí otra vez sus sollozos. Anna volvía a llorar. Sus lágrimas cayeron sobre mi pecho y al darse cuenta, me lo acarició. Le cogí la barbilla y la empujé lentamente hacia arriba para que me mirara a los ojos.
-No llores más...-le susurré. Entonces se incorporó y subió hasta que su cabeza estuvo a la altura de la mía. Pegó su frente a la mía cerrando los ojos.
-T.te quiero.-me susurró. La abracé más fuerte con los dos brazos y la besé.
-No te voy a dejar. Nunca, ¿me oyes?-le dije. Al oírlo me miró a los ojos y por muy pequeña que fuera, vi su sonrisa. Cogió la manta del sofá y con ella nos tapamos los dos. Y así abrazados, logramos dormirnos durante el resto de la noche.

El martes nos despertamos a las diez. Por difícil que parezca, seguíamos en la misma posición. Al abrir los ojos, vi que Anna ya estaba despierta y me miró sonriendo.
-Buenos días.-me dijo dándome un beso.
-Hola mi amor.-le susurré respondiéndole al beso. Nos levantamos y nos vestimos. Me rugía el estómago. No habíamos cenado y tenía mucha hambre. Fuimos a la cocina y nos preparamos el desayuno. Comimos mucho los dos. Y entre comida, risas y miradas se nos pasó la hora. Ya eran las once y la llevé en coche hasta su casa para que se cambiara de ropa.
-Hasta luego cuqui.-le dije dándole otro pico.
-Hasta luego.-me dio también un pico, salió del coche y entró en su portal. La veía feliz y eso me alegraba. Fui en coche hasta llegar al programa y me encerré en mi camerino. Había sido una noche maravillosa. Ese día, Anna me hizo despertar cosas que nunca había sentido, y yo también estaba feliz porque me creí el hombre con más suerte del mundo por tener a Anna y que ella me quisiera tanto. Tanto como yo a ella.

diumenge, 21 d’agost del 2011

Capítulo 82: Lo siento, lo siento, lo siento...

-Lo siento mucho. Pero ahora no me dejes, por favor. Me mataría...-se le acababa de caer la primera lágrima.
-Anna, no me hagas esto...-dije mirando hacia otro lado.
-Dani, te juro que esto se va a acabar. Voy a romper con él...-dijo acercándose a mi. Estábamos los dos sentados, yo con los puños en mi barbilla, mirando hacia la ventana y ella a mi lado con las manos en sus muslos.
-Dani, por favor, mírame...-dijo llorando. Esta situación me estaba matando... No podía ver a Anna llorar así y suplicándome que la mirara.
-Anna, no puedo verte así...-dije mirándome las rodillas. Aún seguía llorando. Oía sus sollozos. Me estaba matando por dentro...
-Dan.ni, p.por fav.vor...-me pasó el brazo por la espalda y me la acarició, puso su otra mano en la mía. Yo seguía mirando al suelo pero sabía que en unos segundos dejaría de hacerlo.
-Pérd.don.name...-dijo dejando caer su cabeza sobre mi hombro. Yo no podía responder. Seguía sin mirarla. Entonces me puso su mano derecha sobre mi mejilla izquierda y me la acarició. Y así, se acercó más a mi y me dio un tierno beso en la otra mejilla. Entonces soplé porque ya no podía más...
-Da.ani...-dijo pegando su frente al lado de mi cara. Me acarició la mejilla con sus labios mojados por sus lágrimas. Y me dio otro beso. Seguía sin responderle. Cerré los ojos mientras ella volvía a besar mi mejilla. Poco a poco, sus labios iban recorriendo suavemente toda mi cara. Yo mantenía los ojos cerrados. Me giró la cabeza hacia ella y los abrí. Anna tenía los ojos y la cara llenos de lágrimas. Se volvió a acercar a mi y rozó sus labios con los míos. Suspiró y, en ese momento, pegó sus labios a los míos hasta conseguir que le diera un beso. Al ver que le respondía me volvió a besar, ahora con más confianza y le volví a responder al beso. Y nos empezamos a besar muy lentamente. De mientras, Anna me acariciaba la cara con su mano para pedirme perdón. Esta vez empecé a besarla más efusivamente. Notaba que se unía a mi, haciéndolo con el mismo entusiasmo. Entonces empezó a desabrocharme la camisa hasta quitármela mientras seguíamos besándonos. Acarició mi torso desnudo y me provocó un escalofrío. Sólo se separó de mis labios para quitarse su camiseta y la observé con amor. Enseguida nuestros labios se volvieron a encontrar besándose y Anna se quitó sus pantalones. Seguidamente, me quitó los míos y yo la dejé hacer. Acarició y besó todo mi torso hasta volver a mis labios. Estábamos los dos en ropa interior y, de repente, la empujé suavemente hacia el sofá para que se tumbara. Me coloqué encima suyo y continué besándola. Se quitó la ropa interior e hizo lo mismo con la mía. Entonces, empezamos a hacer el amor lentamente. Mientras, yo le acariciaba todo el cuerpo con deseo. Poco a poco, nuestra respiración se aceleraba y nuestro ritmo, también. Nos volvimos a sentir el uno al otro, disfrutando de nosotros en medio de besos, caricias y placer. Continuábamos haciendo el amor y ella me empezó a acariciar la espalda. Estuvimos queriéndonos mucho rato hasta que me dejé caer sobre ella. Nuestros cuerpos desnudos, se pegaron y Anna me acarició el pelo de la nuca. Yo tenía la cabeza sobre su hombro y nos notábamos nuestra respiración en el pecho. Pasó su otra mano por mi espalda. Entonces, me besó el cuello y, mientras seguía acariciándome el pelo, no paró de susurrarme:
-Lo siento, lo siento, lo siento...

Capítulo 81: No quiero compartirte

-Anna, ¿qué pasa?-le pregunté para que me lo contara de una vez.
-Pues... bff...-sopló-mira, cuando corté contigo, me encontraba fatal, sólo tenía ganas de llorar y no podía estar sola. Entonces, ese finde en Mollet me encontré a Miki... Me dijo que hacía mala cara y me abrazó. En ese momento, yo necesitaba un hombro sobre al que llorar y me acompañó hasta mi casa y se quedó. Me pidió explicaciones pero yo no me vi capaz de contarle lo que había pasado contigo, así que no le dije nada y seguí llorando abrazada a él. Miki supuso que estaba así por él, porque habíamos roto, y se hizo ilusiones. Esa noche la pasó conmigo, pero no pasó nada entre nosotros. Yo necesitaba a alguien a mi lado y Miki me arropó. Y fue el domingo cuando me pidió que volviera con él. No tuve otra alternativa que decirle que si... Se pensaba que seguía enamorada de él y por eso había llorado tanto. Y sabía que me iba a arrepentir...
-Bfff...-soplé poniéndome la mano en la frente-Anna...
-Ya lo sé. Y ahora que he vuelto contigo, no lo quiero a él. Pero tampoco le puedo hacer esto, ha sido muy bueno conmigo, y estoy hecha un lío...-dijo bajando la cabeza.
-Anna, tu te haces responsable de las consecuencias...
-Lo sé.-me dijo. Ya le temblaba la voz. Estaba a punto de llorar.
-Y... ¿pasó algo más?-le pregunté temiendo su respuesta.
-¿Cómo qué?-me preguntó mirándome a los ojos.
-Ya sabes... si lo hicisteis...-cerré los ojos imaginándome la situación.
-No.-dijo apartándome la mirada.
-¿Seguro?-le pregunté.
-No hicimos nada, Dani. Aunque no te puedo negar que él insistiera...-me dijo poniéndose las manos en la cara.-el domingo por la tarde volví a Madrid porque no quería estar con él. Pero este finde lo tuve que ver otra vez y me volvió a insistir...
-¿Y...?-le pregunté.
-Nada. Tampoco pasó nada, Dani.-me dijo negando con la cabeza.
-¿Cómo que no pasó nada? Anna, estabais saliendo otra vez, no me creo que no pasase nada...-le dije algo enfadado.
-Que no, te lo juro. Me inventé que tenía la regla y no hicimos nada...-cuando me dijo eso me alegré. No me gustaba lo que estaba escuchando pero saber que no acabaron en la cama me gustó.
-Ah... Bueno, pero si sigues saliendo con él, acabaréis...
-Pff... yo sólo quiero estar contigo Dani. Te prometo que cortaré con él. Pero dame un poco de tiempo. No pasará nada entre él y yo.-me dijo cogiéndome la cara con sus manos para que la mirara a los ojos.
-Eso no lo puedes jurar. Si ahora él es tu novio...
-Pero yo estoy enamorada de ti. Sólo y únicamente de ti. Te quiero a ti.-me dijo aún mirándome a los ojos.
-Ya, pero yo no quiero compartirte con nadie, ¿sabes? Te quiero para mi solo.-le dije seriamente. Entonces separó sus manos de mi cara y se le humedecieron los ojos.

divendres, 19 d’agost del 2011

Capítulo 80: ¿Malas noticias?

Durante ese día estuvimos el uno muy pendiente del otro. A ratos notaba a Anna un poco seria y me miraba como si tuviera que decirme algo. Pero no me preocupé porque seguía mirándome y sonriéndome. Cuando acabó el programa entré en su camerino.
-Cari, ¿te vienes a mi casa?-le pregunté.
-Si.-me dijo seria.
-Ui, ¿Y ese "si"?-dije inclinando la cabeza.
Siii!!!-dijo saltando y sonriendo.
-Jajaja. Cuidado abuela, que te vas a hacer daño.-dije cogiéndola por la cintura y se rió.
-Ahora vendré, ¿vale?-me dijo.
-Vale, hasta luego.-dije. Nos dimos un pico y me fui a casa. Al llegar, lo limpié un poco todo y lo ordené. Parece mentira, con el tiempo que llevamos, y aún estoy nervioso como en la primera noche. Anna llegó después de media hora. La abrí y la recibí con un beso muy sentido. Nos sentamos en la mesa de la cocina mientras yo le servía un café.
-Gracias.-me dijo cogiendo la taza. Me senté a su lado y le acaricié el muslo.
-Mmmm... cómo te eché de menos...-le dije.
-Yo también. Era verte y tener ganas de llorar. Lo siento Dani. Por haber roto contigo de esa manera... Sé que no te lo merecías pero-la corté.
-Si que me lo merecía. Me hiciste dar cuenta de mis errores.-aún seguía acariciándole el muslo. Ella sonrió y me miró.
-Ya pero después me sentí fatal. No paraba de llorar. ¡Hasta me tuvo que consolar una señora por la calle cuando iba a mi casa!-me dijo avergonzándose del tema.
-¿Enserio?-le dije sorprendido.
-Si...-dijo bajando la cabeza. Yo sonreí y la abracé.
-Cómo te quiero...-le susurré al oído. Se separó y me dio un beso muy largo. Luego, se acabó el café y nos fuimos al comedor. Nos sentamos en el sofá mientras puse la tele un rato. De repente, sonó un móvil. Era el de Anna; alguien le había enviado un mensaje. Ella lo leyó pero no respondió. No le pregunté nada, pero se puso seria de repente. Dejó el móvil y se acercó más a mi. Le pasé el brazo por los hombros y me acerqué yo también a ella. Empecé a rozar mis labios con su mejilla y cerró los ojos. Subí a su oreja y bajé por el cuello mientras la agarraba por la cintura. Ella me abrazó empujándome hacia ella y yo continué. Le miré los labios y la iba a besar pero su mirada me hizo parar. Se mordió el labio.
-Dani...-me dijo. La miré a los ojos.
-¿Qué pasa?-le pregunté extrañado. Miró hacia otro lado y me separé.
-Ufff no sé...
-¿Cómo que no sabes?-no entendía nada.
-Un día quedamos en que nos lo íbamos a contar todo... Pues ahora me toca a mi.-La miré seriamente. La verdad es que me puse nervioso.
-Dime.-le dije sin parar de mirarla.
-Mira Dani, no sé como te lo tomarás... No sé ni cómo empezar...
-Tranquila.-le dije. Aunque el que debía tranquilizarse era yo en ese momento.
-Ante todo, quiero que sepas que sigo enamorada de ti y durante este tiempo también lo he estado...-esto no me gusta. La noto nerviosa y me está entrando el miedo...

Capítulo 79: Contención

Eran las seis de la madrugada. Nuestros cuerpos aún permanecían desnudos. Yo estaba tumbado, mirando al techo y Anna estaba durmiendo junto a mi. Con su cara pegada a mi cuello y su pierna derecha entrelazada con las mías. Tenía su mano sobre mi pecho. Al notar su respiración en mi cuello no quise dormirme. Quería estar así toda mi vida. Habíamos acabado los dos muy cansados pero con mucha satisfacción. Acabábamos de sentir mucho placer y en ese momento estábamos muy relajados. Fue en ese instante, cuando miré por la ventana des de la cama. Anna había dejado la persiana subida y entraba luz. Pero no me molestaba. Giré un poco la cabeza y le di un beso en la nariz. No se movió, seguía dormida. Sonreí al observarla y volví a tumbar la cabeza. Cerré los ojos y me dormí.

Me acababa de despertar por culpa del despertador. Anna se acababa de mover ligeramente y lo había apagado. Yo la estaba mirando. Se giró hacia mi y me vio observándola. Sonrió y se acercó a mi volviendo a la posición en que estábamos. Me besó el cuello suavemente y volvió a cerrar los ojos. Le acaricié el contorno de su cuerpo para que no se durmiera y me giré de lado hacia ella. Seguía con los ojos cerrados. Yo me reí y le di un pico. Al hacerlo, abrió los ojos y se quedó mirándome.
-Buenos días.-le susurré con una sonrisa. Me respondió con otra sonrisa y la abracé dándole un beso en la mejilla. Ella me acarició la espalda y me respondió al beso.
-Buenos días.-me susurró. Me separé de ella y me senté en el borde de la cama para ponerme la ropa interior. Una vez puesta giré la cabeza hacia ella. Aún seguía en la cama, tapada por las sábanas y observando mi cuerpo seriamente.
-Vamos, levántate.-le dije riendo. Se rió estirándose. Me levanté y fui al baño. Cuando salí Anna estaba entrando en la cocina. Se había puesto su ropa interior negra a conjunto e iba descalza. Al verla no pude resistirme a correr hacia la cocina y abrazarla por detrás. Se rió mientras le besaba el cuello. La giré y la agarré por delante.
-¿No me vas a dar el beso de buenos días?-le dije inclinando la cabeza. Sonrió y se acercó a mi dándome un tierno beso en los labios.-Esto no es un beso ni es nada...
-¿Ah no?-me dijo inclinando esta vez ella la cabeza.
-No.-dije moviendo la cabeza.
-Entonces, ¿qué es?-me dijo. Me acerqué a sus labios y le di un beso en la boca muy pasional.
-Esto es un beso!-se rió y yo también.
-Anda tira...-me dijo. Y me fui a su habitación. Me puse la misma ropa que llevaba ayer, no tenía más. Después, desayunamos juntos en la cocina mientras nos sonreíamos al recordar la noche que habíamos pasado. Al acabar, fuimos al programa en coche. Yo bajé una calle antes y llegué andando después de ella para que nadie nos viera entrar juntos. Me metí en mi camerino y, cinco minutos más tarde, entré en el suyo. La volví a abrazar por detrás.
-Jajaj Dani...-dijo acariciándome las manos.
-Eh, no me rechaces ahora...-le dije poniendo voz de niño pequeño. Se giró de cara a mi.
-Jaja, sabes que aquí no podemos hacer esto...-me dijo intentando ponerse seria.
-¿Esto?-le dije dándole un beso recorriendo todas las partes de su boca. Ella me respondió. Acabé de besarla y la miré a los ojos. Estaba sonriendo tímidamente.
-Si, esto. Así que vete a tu camerino antes de que vayamos a más...-dijo.
-Jajaja, está bien... Chao cuqui.-le dije dándole un pico y me fui. Estaba sentado en mi sofá, repasando el guión pero sólo tenía ganas de volver a su camerino para estar con ella... Qué feliz estoy. Esta contención nos acabará haciendo daño...

dijous, 18 d’agost del 2011

Capítulo 78: Confía en mi

Al llegar a casa me duché y me cambié de ropa. Me puse una camisa nueva y unos tejanos. Me eché colonia, cogí las llaves y me fui. Estaba andando en dirección a su casa. A casa de Anna. Ahora si que no tendrá excusas, me tendrá que escuchar aunque no quiera. La voy a obligar a escucharme, pensé. Llegué a su portal, la puerta estaba abierta. Había una señora limpiando la escalera que me miró de arriba a bajo. Seguro que me ha reconocido, me dije. Pero a estas alturas, ya me da igual. Subí por las escaleras, ya que su edificio no tiene ascensor y llegué a su puerta un poco cansado. Llamé al timbre. Anna abre por favor... Me abrió y al verme se sorprendió.
-Dani, ¿qué haces aquí?-me dijo aún sorprendida.
-¿Puedo pasar...?-le pregunté.
-S.si...-me dijo y entré en su casa. Me senté en su sofá y ella a mi lado.
-Anna, no sé qué es lo que te ha pasado hoy conmigo, pero ya estoy harto de que me rechaces.-le dije seriamente.
-Pero Dani-la corté.
-No, ahora me vas a escuchar. Mira, te quiero pedir perdón. Perdón por todo, por todo el daño que te hice, por haber sido tan posesivo contigo, ahora lo entiendo todo. Perdón por ser tan protector y no entender que quisieras salir con otros. Perdóname, Anna. Lo siento, de verdad. No sabes cuánto me arrepiento... Esto me ha ayudado a darme cuenta de mis errores, sé que te he hecho daño y también sé que eso no volverá a ocurrir. Te juro que no. Te quiero mucho Anna, estos días lo he pasado fatal. Pero te necesito, sigo enamorado de ti, más que el primer día. Anna, dame otra oportunidad, por favor.-estaba a punto de llorar. Se me habían humedecido los ojos y me notaba las lágrimas detrás de ellos.
-Pero... ¿y si no funciona? ¿Y si volvemos a lo mismo? Yo no quiero volver a pasarlo mal, Dani...-me dijo mirándome a los ojos. Le temblaba la voz.
-No volveremos a lo mismo, te lo prometo. Creéme, por favor. Necesito que confíes en mi.-dije acercándome a ella. También se le humedecieron los ojos. Tenía las manos sobre sus muslos y me estaba mirando fijamente.
-No sé...-susurró. Me acerqué más a ella.
-Anna, no me digas que no. Sé que tu también me necesitas...-le dije cogiéndole la mano.
-Dani yo te quiero. Pero...-la corté acercándome más. Ella también acercó su cara a la mía.
-Por favor. Confía en mi.-susurré rozándole los labios con los míos; produciéndole tal sensación que consiguió hacerle caer la primera lágrima. Cerró los ojos sin moverse y le cayeron más lágrimas. Le acaricié la cara quitándole las lágrimas y suspiró.
-¿Estás seguro?-me susurró mirándome los labios.
-Más que nunca.-susurré esperando que diera ella el paso. Quería que me besara ella, no iba a forzar nada. Entonces me cogió la mano, me miró los labios y me besó. Me besó derramando toda su pasión y su amor. Yo le devolví el beso abrazándola suavemente. Nuestros labios se volvieron a juntar haciendo otro beso, este más efusivo, que hizo que me cayera una dulce lágrima. Al vérmela, Anna sonrió dentro del beso y me volvió a besar. Y así, sin parar de besarnos la cogí en brazos hasta llevarla a su habitación. La estiré en su cama colocándome encima de ella. Puso sus manos por debajo de mi camisa mientras me volvía a besar. Le cogí la cara y me separé por un segundo. La miré y vi sus preciosos ojos, que no paraban de brillar de felicidad, con su mirada me pedía más, cosa que yo también estaba deseando. Le besé el cuello volviendo a respirar su olor. Me quitó la camisa y yo hice lo mismo con su vestido. No paraba de acariciarme la espalda mientras le estaba quitando el resto de su ropa. Me quitó mi ropa hasta quedarnos los dos desnudos. Entonces me abrazó empujándome hacia ella. Me besó el cuello y al hacerlo me estremecí. Me sonrió y entonces empezamos a hacer el amor. El amor sin parar. Necesitaba volver a sentirla de esa manera, a notarla en mi cuerpo. Disfrutando de ella y haciendo que ella disfrutase de mi, pasaba el tiempo. Y así, sin parar de besarnos y de darnos amor, pasó toda la noche. No me pude sentir más feliz.

Capítulo 77: Escapándose de mi

Sonreí al leer el mensaje. Qué maja... pensé. Miré a Anna, me estaba mirando seria, seguro que se preguntaba quién me había enviado el mensaje...
-Anna...
-Dime.-dijo acercándose a mi.
-Mira, yo no puedo seguir así contigo.-le dije mirándole a los ojos.
-¿Así, cómo?
-Pues sin hablarnos, ni mirarnos, ni sonreírnos...
-Yo tampoco...-dijo bajando la cabeza.
-¿Ah no?-me alegró mucho su respuesta. Lo sabía.
-No...-dijo aún mirando al suelo. De repente la abracé, no pude resistirme. Puse mi cara en su cuello hasta que su olor recorrió todo mi cuerpo por dentro provocándome otro escalofrío.
-Cómo lo echaba de menos...-susurré.
-¿El qué?-me preguntó aún abrazándome.
-Tus abrazos, sentir tu olor tan cerca de mi, no tiene precio.
-Dani...-dijo. En ese momento se separó de mi. No me estaba mirando, estaba mirando hacia... ¿la puerta? Me giré y vi a Flo mirándonos sorprendido.
-Ah... Venía a decirle a Anna lo que te he dicho pero supongo que ya se lo estabas diciendo...-dijo.
-Si...-mentí.
-Perfecto.-dijo mientras cerraba la puerta. Uff... Anna y yo nos volvimos a mirar.
-¿Qué piensas?-le pregunté cogiéndole las manos.
-Dani... será mejor que vuelvas a tu camerino...-me dijo apartándose lentamente de mi. ¿Por qué? pensé. Pero en ese momento no supe qué decir, le hice caso y me fui. Entré en mi camerino. Tonto, tonto, tonto, tonto..: me dije. ¿Qué he hecho? ¿Por qué me he ido? ¿Soy un cobarde? No!! Volví a abrir la puerta de mi camerino para volver al suyo pero Romina se adelantó. Estaban hablando las dos. ¡Mierda!! me dije. Joder, no puedo tener más mala suerte... Me tendré que esperar... Pero ya había llegado la hora de comer y Anna y Romina bajaron juntas al comedor. Yo bajé tras ellas y me senté cerca de Anna. No paraba de mirarla. Ella también lo hacía pero al verme me apartaba la mirada. Como si tuviera vergüenza...
Después de comer me fui a vestir y en maquillaje me encontré con Anna. Me senté a su lado. Yo seguía mirándola y ella seguía apartándome la mirada. Creo que sospechaba lo que le iba a decir y tenía miedo... Me fui y la esperé en la entrada del plató. Cuando vino bajó la cabeza para no mirarme.
-Anna, ¿qué pasa?-le pregunté extrañado.
-Dani, vamos a preparar la entrada.-me dijo mirándome a los ojos.
-Pero-me cortó.
-Por favor.-dijo. Y preparamos nuestra entrada, no tuve más remedio. Empezó el programa y ya me estaba rallando... No entendía por qué Anna me rechazaba, ¡si ni siquiera me dejaba hablar con ella! Durante el programa también evitaba mirarme. Al acabar, teníamos que buscar a Flo. Por lo tanto, aún no podía hablar con Anna... Entramos en su camerino y allí estaba. Nos sentamos todos, por suerte, Flo tenía que hablar también con Valdi y Romina. Ese fue el día en que Flo nos contó que Tonterías las justas se acababa, explicándonos todos los motivos... Recuerdo que me dio mucha pena pero, a la vez, todos teníamos la ilusión de empezar con otro programa nuevo, si es que había la posibilidad...
Al acabar la charla, Anna se fue muy rápidamente, tan rápido que ni la vi. Entonces, tuve que ir a mi casa. Ha estado todo el día escapándose de mi. Esto no acabará así... pensé.

Capítulo 76: La chica de ayer

Al llegar a casa, me puse el pijama y me fui a la cama. La verdad es que no podía dormir, bueno, más bien, no quería. En aquel momento lo tenía claro: voy a luchar por Anna. No sé cómo, pero sea como sea, la voy a conseguir. Voy a conseguir que vuelva conmigo, no puedo estar sin ella y la necesito. Además sé que ella también me necesita a mi, se lo noto.
Me costó mucho pero al final me dormí. Aquel domingo me levanté tarde también. Tenía dos llamadas perdidas y dos mensajes de mis amigos. Es verdad, ¡no les dije nada ayer! pensé. Les respondí enseguida: "No os preocupeis, hoy os lo cuento todo!" y me fui a la cocina para comer algo. Me había sentado en la mesa del comedor, estaba comiendo solo con la ventana abierta. No hacía sol pero pasaba mucho aire y eso me sentó de maravilla. Mientras, me vino a la mente la chica de esa noche. Me acordaba de su olor, buena pero muy distinta a la de Anna y, sobretodo, de sus palabras. La verdad es que fue ella quien me abrió los ojos. Lo increíble fue que no me conocía de nada. Cosas de la vida...
Esa tarde llamé a mis amigos para quedar pero sólo pudieron dos. Me fui con ellos a tomar unos mojitos en un bar. Nada más verme me preguntaron por la chica de ayer... Pensaban que había pasado algo, como es lógico. Pero les conté la realidad.
-Ala tío, ya puestos, ¿por qué no...? Ya me entiendes...-me dijo uno sonriendo.
-Porque está enamorado de Anna, idiota... Mira qué cara de tonto se le pone al hablar de ella...-dijo el otro y los dos se rieron. La verdad es que si, pensé, es hablar de Anna y se me pone una sonrisa tonta en la cara... Me reí al recordarlo.
Por la noche estuve en casa mirando fútbol. Preferí no salir. A partir de ahora voy a hacerle caso a Flo e intentaré no salir los domingos... pensé. Me fui a la cama a la una y media y como el sábado, me costó dormirme. Estaba un poco nervioso. Seguía pensando qué decirle a Anna para que volviera conmigo. Tenía tantas ganas de abrazarla y volver a sentirla cerca de mi... Ya hacía dos semanas des de que habíamos cortado... Aún me duele decirlo.
Me levanté el lunes con unas ganas immensas de ir al programa. Me duché, me vestí, desayuné un poco y me fui directamente al programa. Llegué el primero, como casi siempre. Luego llegó Flo, lo supe porque entró en mi camerino.
-Buenos días Dani. Hoy quedaros todos al salir que tengo que hablar con vosotros, ¿vale?-me dijo algo serio.
-Vale...-contesté. ¿Hablar con nosotros? ¿Flo? Me puse un poco nervioso al imaginármelo... ¿A quién se refería cuando decía "con vosotros"? Cuando sea con Anna y conmigo me muero...
Después de estar un cuarto de hora repasando el guión oí los pasos de Anna. Ya había llegado... Instintivamente, mis latidos se aceleraron. Tranquilízate, Dani, me dije. Me levanté y estuve unos segundos quieto detrás de mi puerta. No sabía si ir al camerino de Anna o no... Puse la mano en la puerta y cerrando los ojos, la abrí. Me encontraba en el pasillo. Por suerte, no había nadie. Me puse delante de su camerino y llamé a la puerta. Tardó un poco en abrir. Al verme, me miró de arriba a bajo con miedo en su mirada.
-Buenos días Anna.-le dije mirándola a los ojos.
-Hola Dani.-dijo con una sonrisa tímida.
-¿Puedo pasar?-le pregunté.
-Si, claro.-me dijo apartándose para que entrara. Cerró la puerta y nos quedamos mirándonos el uno al otro en silencio. Es preciosa, pensé mirándole los ojos.-¿Qué pasa?
-Quiero hablar cont-de repente me sonó el móvil. Lo cogí disculpándome con Anna y lo miré. Un mensaje nuevo: "Dani, soy la chica de ayer. Me ha sido difícil, pero he conseguido tu móvil. Suerte!;)"

dimarts, 16 d’agost del 2011

Capítulo 75: La pura realidad

Me decidí a darle un beso. Me sentí algo raro. Se separó y me sonrió. Me cogió de la mano hasta llegar fuera de la discoteca.
-¿Quieres ir a mi casa? Está muy cerca de aquí...-me dijo aún sonriendo. Dani, quieres ir, quieres ir... me dije. Te ayudará a olvidar...
-Si...-contesté no muy seguro de mi mismo. Me cogió del brazo y estuvimos unos cinco minutos andando hasta llegar a su casa. Subimos al piso y fuimos a su habitación. Se sentó en la cama y me hizo un gesto para que me sentara a su lado. Una vez en la cama me empezó a besar. Yo me quería dejar llevar pero no podía del todo. Nos besamos y me empujó para quedar estirados. Seguíamos besándonos. Me quitó la camisa y yo hice lo mismo con la suya. Había bajado; me estaba besando el cuello. En ese momento, mirando al techo, no sé por qué, pero se me vino la imagen de Anna. Mi Anna... Y, de repente, me empecé a poner nervioso. La chica continuaba besándome el cuello, no me acuerdo ni de su nombre... Después, subió otra vez a mis labios pero yo no le devolvía los besos. No se preocupó y continuó con mi cuello...
-Oye...-le dije. No me hacía caso, continuaba besándome.-Para. Para, por favor.
Se separó un poco de mi y me miró a los ojos. Me sentí extraño. Era como si me entendiera, me comprendiera, con su mirada me lo dijo todo.
-Vale.-contestó y se tumbó a mi lado.
-Lo siento.-dije y no contestó. Y así, mirando al techo, cerré los ojos un momento y sin quererlo, me dormí.

Me despertó una olor a humo... ¿Dónde estoy? Abrí los dos ojos y me senté en la cama. Ah, ya me acordaba. La chica estaba sentada en los pies de la cama, fumando. Al oírme mover se giró hacia mi y me miró.
-¿Me he dormido?-le pregunté frunciendo el ceño.
-Si...-dijo.
-Joder, lo siento... De verdad, no era mi intención...
-Dani, no tienes por qué disculparte...
-¿Ah no?-le pregunté más extrañado aún.
-Claro que no. Sé por qué no te quisiste acostar conmigo.-dijo aún mirándome a los ojos. Estábamos en su habitación con la luz apagada. Entraba un poco de luz por la ventana abierta que ayudaba a que se fuera el humo.
-¿Qué dices? ¿Por qué?-le pregunté apoyando mi espalda en la pared.
-Mira Dani... a mi no tienes por qué mentirme. No tuviste valor de acostarte conmigo porque estabas pensando en Anna... estás muy enamorado de ella...-no me lo podía creer.
-¿Y tu cómo lo sabes?-le pregunté intrigado.
-La has mencionado en sueños, Dani.
-¿Enserio?
-Si. Pero por eso no te preocupes, no pasa nada. Lo que me preocupa es que te estás mintiendo a ti mismo. Te acabarás haciendo mucho daño si continuas así...
-¿A qué te refieres?-le pregunté sabiendo perfectamente a lo que se refería.
-Pues a que te engañas a ti mismo, haciéndote creer que Anna no te gusta, pero en realidad es todo el contrario, y lo sabes. No te comas más el coco y reconócelo.
-No es tan fácil, ¿sabes?...
-Pero tío, lucha por lo que quieres, ¿me oyes? Yo no conozco a Anna pero se la ve muy buena chica y te la mereces. Mira, tomátelo como quieras, pero si yo fuera tu, lucharía por ella. Hasta conseguirla. Las palabras que decías cuando estabas dormido... hasta me han emocionado. Nunca había conocido a un chico que sintiera tanto por una mujer. Aunque, viéndola a ella... no me extraña. Así que mi consejo es que lo hagas. Hazlo, sin pensar en nada más. La quieres, y no sabes la suerte que tiene ella de poder tenerte.-las palabras de esa chica me llegaron de verdad. Tenía razón y eso me ayudó a darme cuenta de lo que podía tener si quería. Me fui a casa, no sin antes darle las gracias por hacerme ver la pura realidad.

Capítulo 74: Mi lamento

-¿Cómo estás?-me preguntó. Me miraba de una forma extraña, parecía que le daba miedo mi respuesta.
-Mira...-dije encogiéndome de hombros. Se mordió el labio y me bajó la mirada. Se sentía culpable.-¿Y... tu?
-Bien, tirando... Ahora iba a casa.-dijo mirándome a los ojos.
-Yo también.-dije.
-¿Ah si?-me preguntó como si estuviera interesada en ello.
-Bueno, adiós Anna. Hasta mañana.-le dije y continué andando hacia mi casa con la mirada al suelo.
-Adiós.-oí ya un poco lejos. No me giré, aunque mi corazón me lo pedía, mi mente sabía que no era lo correcto. No entendía por qué ahora Anna se sentía tan culpable. Me había hecho daño pero parecía como si ella también estuviera muy dolida conmigo. Seguía sin entenderlo. Al llegar a casa estuve un rato pensando mientras escuchaba Mi lamento de mi amigo Martín. Paré la canción por la mitad y me froté la cara con las manos. Dani, tienes que pasar página. Anna ya es pasado... aunque me cueste mucho aceptarlo. Tengo que olvidarme de ella y seguir adelante. No puedo vivir de los recuerdos bonitos con ella. Voy a caer en la amargura y eso no es lo que quiero. Ese viernes Anna me miraba mucho durante el programa, me veía mal supongo y le daba pena. Pero yo no quería darle pena, quería olvidarme de ella, para no sufrir más, sería lo mejor, ¿no?
Por la noche volví a salir con mis amigos pero ya no bebí tanto como los otros días. Me amenazaron de que si volvía a emborracharme tanto me dejarían tirado, y, aunque sé que no lo harían, les hice caso. Les dije que estaba dispuesto a olvidarme de Anna de una vez por todas. No quería pasarlo mal y ellos estuvieron de acuerdo. Volví a casa a las cinco de la madrugada y me dormí enseguida. El sábado me levanté a las dos. Comí y me pasé el día en casa. Miré un partido de baloncesto y luego hice un poco de limpieza. Esa noche también salí, pero pasó algo que me hizo cambiar de opinión.
Eran las once de la noche. Acababa de llamar a David para salir y aceptó. Al final, vinieron todos. Nos fuimos a un bar desconocido, raro de nosotros, y bebimos un poco. Después, fuimos a una discoteca. Pedí otra bebida y nos pusimos a bailar. Estábamos todos charlando y había una chica morena que no paraba de mirarme. Yo disimulaba y hacía como si no la viera pero me había dado cuenta. Fue entonces cuando David me dijo:
-Dani tío, ahí hay una morena que te está mirando todo el rato...
-Ya, ya la he visto...-le contesté.
-¿Y a qué esperas a decirle algo?-dijo dándome un golpe en el codo.
-Es que, no sé...
-¡Vamos! ¿No has dicho que querías olvidarte de Anna? ¡Esta es tu oportunidad para hacerlo!
-Tienes razón. Voy.-dije y sin pensármelo dos veces me dirigí hacia dónde estaba la chica. No era muy alta, era morena y delgada. Tenía una sonrisa angelical y me miraba sonriendo. Nos saludamos y empezamos a charlar. Ella iba un poco bebida pero era consciente de todo. Al cuarto de hora de bailar y charlar con ella se acercó a mi y me dio un pico. Me vi como obligado a devolvérselo. Ella quería más. Dani, quieres hacerlo, me dije a mi mismo, vamos... Te tienes que olvidar de Anna...

Capítulo 73: Superior a mi

Después de ducharme comí algo ya que tenía mucha hambre. Lo limpié todo. Sólo había vomitado alcohol, no tenía nada más en el estómago. La ducha me sentó bien, me había despejado y me encontraba sentado en el balcón. Necesitaba tomar el aire. La verdad es que bebiendo lo había pasado mal, y más por la mañana al despertarme, pero era la única forma en que no pensaba en Anna y me olvidaba de todo. Era lo que más necesitaba en ese momento, olvidar. Pasé todo el día en casa y por la noche volví a quedar con mis amigos. Volví a beber. Volví a emborracharme para olvidarlo todo aunque sólo fuera por una noche. Mis amigos me volvieron a llevar a casa. Estaban algo enfadados conmigo, pero en ese momento me daba igual. Lo que más me importaba era que me había olvidado de Anna por unos momentos y no sabéis como se agradecía eso.
El lunes me levanté a las diez porque me había puesto el despertador. Me dolía mucho la cabeza, como imaginaba. Me volví a duchar, me vestí y me miré al espejo. Seguía teniendo ojeras. Y más ese día porque había dormido poco por haber salido. Me froté la cara con las manos para no estar tan dormido y me fui al programa. No saludé a nadie, me quería encerrar en mi camerino hasta la hora de comer. Llevaba ya media hora encerrado cuando llamaron a la puerta. Al no contestar, entró. Era Flo. Me miró de arriba a bajo con cara de preocupación. Se sentó al otro lado del sofá y me miró. Quería hablar conmigo.
-Dani, ¿qué te pasa? ¿Ayer volviste a salir? Ya estás con resaca, ¿no?-no le contesté, estaba mirando al suelo y no tenía ganas de hablar con Flo ni que me diera un sermón de padre...
-Mira, a mi me da igual lo que hagas o dejes de hacer los fines de semana pero el lunes te quiero ver bien. Te quiero ver con ganas de venir a trabajar, con energía y no con esta cara de sueño que no te aguantas. No sé que te pasa últimamente pero-le corté.
-Flo, déjame...-le dije sin mirarle.
-No, no te voy a dejar. Dani, esto puede repercutir al programa y a ti. Somos amigos, puedes contar conmigo para lo que quieras pero no te lo guardes todo para ti. ¿Qué pasa? ¿Es sobre alguna chica...?-me estaba mirando todo el rato. Él tampoco entendía nada.
-Mira, no tengo ganas de hablar. Vale, te entiendo. Mañana voy a venir con buena cara y ya está. Ahora déjame solo.-me había levantado y acababa de abrir la puerta para que Flo se fuera.
-Tienes que valorar más a las personas que nos preocupamos por ti, Dani.-me dijo levantándose y se fue a su camerino. Me puse las manos en la cara. Estaba a punto de llorar. Pero no quería, no quería volver a llorar, estaba harto. De repente oí a Anna hablando con Flo. Él le estaba preguntando por mi pero Anna fingió no saber nada. Después él le preguntó por ella y le dijo que últimamente también la veía un poco mal. Pero Anna se supo defender y le dijo una excusa creíble.
El resto de la semana lo pasé igual. Por fuera me encontraba mejor, ya no tenía esa cara pero por dentro seguía igual de mal. Con Anna nos cruzamos varias veces por los pasillos. Ella me miraba pero yo no podía mirarla a los ojos. Era superior a mi. Recuerdo que ese jueves nos encontramos por la calle, por casualidad. Yo estaba andando hacia casa y me crucé con ella, iba con bolsas de comida en las manos. No pude evitar mirarla a los ojos. Ella también me miró y nos quedamos paralizados durante unos segundos.
-Dani...-dijo aún mirándome. La notaba también preocupada y tenía los ojos rojos. ¿Había llorado?
-Hola...

dilluns, 15 d’agost del 2011

Capítulo 72: Quiero olvidar...

-¿Y esa cara?-me dijo nada más subir en su coche.
-Ya te he dicho que no estoy bien...-le dije sin mirarle a los ojos. Sabía que si lo hacía iba a llorar y no quería llorar delante de él.
-Dímelo tío, no te lo guardes. Llora si quieres, me da igual. Pero desahógate!-me dijo tocándome el brazo. Me puse las manos en la cara, no pude resistirme y empecé a llorar. Sin ruido, sólo me caían las lágrimas. Me las quité de los ojos con los dedos y miré hacia arriba.
-Es Anna... Hem.mos cortado.-le dije y soplé. No paraba de pestañear.
-Lo siento tío.-dijo abrazándome y dándome una palmada en la espalda.-Vamos, hoy te vamos a animar.
Arrancó el coche y en diez minutos llegamos a casa de David. Dani había puesto música por el camino para animarme pero yo seguía igual... Saludé a mis amigos y Dani les contó lo que me pasaba... Todos me querían animar, abrazándome y dándome apoyo. En ese momento se lo agradecí pero tampoco me sirvió mucho su apoyo... Siento decirlo.
Fuimos a un pub y pedimos bebidas. Todos evitaban hablar del programa o de todo lo que fuera relacionado con Anna. Me hicieron sacar algunas sonrisas con su humor de siempre y hicieron que me olvidara un poquito de Anna. Empecé a beber mucho. Ya me estaba riendo con mis amigos y ellos conmigo. Seguíamos en el pub sentados y bebiendo.
Después de un rato más, nos fuimos a una discoteca. Allí bebí más aún. Recuerdo que había mucha gente y no paraba de chocarme con todo el mundo. Mis amigos me cogieron y me sentaron en un sofá rojo.
-Dani creo que te estás pasando... Tienes que parar o te va a coger un chungo...-me dijeron. Ellos iban algo contentillos pero eran conscientes de todo. Yo no les hacía caso, empecé a reírme solo.
-No, no voy a parar... Quiero más. Quiero olvidar, quiero olvidar...-los aparté y me volví a levantar. Pedí otra bebida, no sabía ni qué me estaban dando pero me lo bebí todo sin pensármelo dos veces. Empecé a hablar con la gente pero nadie me hacía caso, me veían demasiado borracho y pasaban de mi. David me volvió a sentar en el sofá sin soltarme.
Déjame! Necesito beber más...
-Mira Dani, el alcohol no va a solucionar tus problemas... Ahora te olvidarás, si, pero mañana te sentirás fatal otra vez y con un resacón increíble...-me dijeron.
-Me da igual. Quiero olvidar...-repetí y me levanté pero no lo conseguí y me caí hacia atrás volviendo al sofá.-Pff... no me aguanto...
Me cogieron y me llevaron en coche hasta casa. Estuve todo el camino quejándome y pidiéndoles que me dejaran, que quería volver a la disco pero ellos ni me contestaban. Llegué a casa. Me ayudaron a entrar y a sentarme en el sofá. Me dieron un vaso de agua y después de un rato se fueron. No recuerdo ni qué hicieron en mi casa, supongo que ayudarme con todo... Me estiré en el sofá y me quedé dormido en cerrar los ojos.

Abrí un ojo. Estaba mirando hacia la tele y por la ventana entraba mucho sol. Intenté levantar un poco la cabeza pero me tocó todo el sol en la cara y volví a bajarla. Auch! Me dolía mucho la cabeza y me puse las manos encima. Me costaba moverme sin tener que mover la cabeza... Estuve unos minutos más sin moverme. De repente, olía mal. Me giré un poco y miré el suelo. Bf, durante la noche, había vomitado. Qué asco... Me costó mucho pero después de mucho esfuerzo conseguí levantarme. Bebí agua y me metí en la ducha. Mis amigos tenían razón; me acababa de levantar y ya me estaba arrepintiendo de todo lo que había hecho esa noche...