dissabte, 13 d’agost del 2011

Capítulo 66: Escondidos

Esa noche me fui a dormir temprano, pero con una sonrisa en la boca. Me había quitado un peso de encima. Estaba tranquilo, sabía que Anna ya no estaba enfadada conmigo, me lo había dicho y eso era todo lo que necesitaba saber. Me tumbé en la cama y me dormí después de estar un rato pensando, como siempre hago cuando me voy a la cama. Pensé en Anna, en lo que había cambiado nuestra relación des de que nos conocimos por primera vez. En lo que la quiero y en lo increíble que se me hace preocuparme tanto por una chica, creo que nunca antes me había pasado, pero supongo que es lo que tiene el amor.
El domingo me levanté temprano también, fue un día como cualquier otro, sólo que por la tarde quedé con Dani Rovira para tomar algo. Hablamos más de sus problemas que de los míos, lo echaba en falta. Últimamente siempre hablaba de mis problemas con él y ya estaba un poco harto de hablar de mi, quería también ser yo el que le diera consejos y así lo hice.
Por la noche me quedé en casa ya que el día siguiente era lunes y había programa, pero sobretodo, vería a mi niña y eso es lo que me hizo ir a dormir más temprano porque tenía muchas ganas de que fuera mañana...
Me levanté a las nueve. Me duché y me vestí. Desayuné mucho porque tenía mucho apetito también y empecé el día con buen pie. Cuando acabé me fui al programa en coche. Llegué el primero, como me esperaba y en el pasillo me encontré con Flo.
-Buenos días Dani... ¿y esa sonrisa?-me preguntó. Ups... a lo mejor me debería de cohibir más...
-Buenos días Flo. Nada, hoy me he levantado de buen humor, ¡voy a mil!!-suerte que se me da bien inventar excusas, pero en realidad era la verdad.
-Ui, por qué será... En fin, ¡Me alegro! Hasta luego Martínez.-me dijo y se fue. Entré en mi camerino y me leí el guión. Estaba de buen humor, tenía ganas de que llegara Anna. Y después de estar media hora esperando, llegó. Oí su voz des de mi camerino y abrí la puerta. Acababa de entrar en el suyo. Miré hacia la izquierda y vi a Romina entrando en su camerino también. Perfecto, ahora es el momento. Salí y entré en el camerino de Anna sin llamar.
-¡Amor!-dije abrazándola por detrás. No me había visto y pegó un salto.
-Ay, cari, ¡me asustaste!-me dijo girándose de cara a mi.
-Bff te he echado mucho de menos...-le dije abrazándola bien. Me devolvió el abrazo y me dio un beso en la mejilla.
-Y yo.
-No tanto como yo a ti...-le dije negando con la cabeza.
-Ya estamos...-dijo poniéndose las manos en la cintura. Me reí y ella también sonrió. Me acerqué a su cara y le di un beso muy largo y muy sentido. Echaba de menos sus labios, el gusto de su boca y esa sensación indescriptible al besarla. Me respondió al beso mientras me acariciaba la nuca con su mano derecha.
-Guapo.-me susurró al separarnos. Le sonreí y me fui a mi camerino para que nadie nos pillara...
Durante la comida estuvimos distanciados pero nos mirábamos durante todo el rato. Tenía ganas de ir a su lado y abrazarla pero teníamos que escondernos, de alguna manera. Si, nuestra relación durante el programa se basaba en estar escondidos, para que nadie sospechara lo nuestro. Anna sabía que no me gustaba nada eso, pero me tenía que aguantar.

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