Capítulo 55: Nunca más

-Pues...-bajé la cabeza y suspiré. Anna no decía nada sólo esperaba a que se lo contase.-Anna, hoy he recibido un mensaje de Lara diciéndome que tenía que hablar conmigo. Yo no te he dicho nada porque no le iba a responder pero cuando he llegado a casa pues... la he llamado, estaba algo intrigado. Me ha respondido y me ha pedido quedar y... yo... he aceptado. Quedamos a las siete en un bar pero luego llegaste tu y, claro, la dejé plantada. Apagué el móvil para que no me llamara al estar contigo y... ahora acaba de llamar al timbre gritando como una histérica porque la había dejado plantada sin decirle nada... y me he sentido fatal... Además debería habértelo dicho lo sé...-las lágrimas acababan de volver a mis ojos. Me volvía a encontrar llorando, ahora sin esconderme, delante de Anna sin valor a mirarle a los ojos. Noté sus manos acariciando mi brazo. Empecé a llorar más profundamente y Anna me giró y me abrazó. Volvía a estar apoyado sobre su hombro llorando como un niño pequeño.

-No llores más...-me dijo con la voz también temblorosa.

-Lo siento Anna... te he fallado.-le dije aún llorando. Me acarició la espalda y la cabeza.

-Dani, ya basta. Tranquilo.-me dijo. Ella ya se había tranquilizado y me volvió a tranquilizar a mi. Estuvimos un rato más abrazados hasta que me separé.

-Mírame.-me dijo cogiéndome la barbilla. La miré a los ojos. Aún seguía mirándome preocupada.-Mira, claro que me ha molestado que no me lo hayas dicho. Pero no puedo verte llorar así... Me matas por dentro Dani. Me lo tendrías que haber dicho, si. Y confiar en mi. Por una parte, hago un esfuerzo y, te entiendo. Te entiendo porque yo tampoco te iba a contar que Miki estuvo en el portal de mi casa y todo eso. Los dos nos hemos equivocado pero lo hecho está hecho. Supongo que esto servirá para fortalecer más nuestra relación y cogernos más confianza mutuamente.-dijo sin parar de mirarme a los ojos.

-Pff Anna... no te merezco.-le dije mirándola a los ojos también.

-No digas eso. Sabes que si.-me dijo acariciándome la mano. Esta vez fui yo quien la abracé y le di un beso en la mejilla.

-Gracias. No sabes cuanto te quiero...-le susurré al oído.

-Yo también te quiero Dani.-me dijo abrazándome más fuerte. Nos separamos y le di un beso en los labios.-Y, ahora, será mejor que me vaya...

-No. No, Annita, quédate por favor. Necesito que estés conmigo...-le dije cogiéndole las manos.

-Dani, es mejor que me vaya... Ya me ha costado aceptar lo que me acabas de hacer y prefiero irme a casa para no pensarlo más y...-la corté.

-Anna por favor. Te lo suplico. Quédate.-le dije cogiéndole la cara.-Por favor. No me dejes así. Vamos a cenar lo que has traído...

Anna sopló y la cogí de la mano. Hice que se sentara en la mesa del comedor mientras yo traía la comida. Yo también me senté y empezamos a cenar. Cenamos en silencio. Nos mirábamos pero preferíamos no hablar. Era lo mejor. Me notaba la cara y el cuello cansados de llorar y me estaba relajando. Tener a Annita delante me tranquilizaba porque sabía que aunque la había cagado, no la había perdido. Como la quiero... me dije mientras la observaba comer. No le voy a fallar nunca más.