Capítulo 67: Risas en mi camerino

Durante el programa de ese lunes no paraba de mirarla, ella me respondía a mis miradas con una sonrisa tímida. El programa fue genial, salimos muy contentos de nuestro trabajo ese día. Al acabarlo me fui a mi camerino. Cuando me estaba cambiando, Anna llamó a la puerta. Me puse la otra camisa rápido y la abrí. Me miró y me sonrió.

-¿Por qué aún llamas a la puerta? Sabes que no hace falta ya...-le dije sonriendo.

-Jaja vale... ¿Y tu, qué haces tan despeinado?-me dijo riéndose.

-Que me has pillado cambiándome...

-Aix, lo siento...-me dijo mientras me peinaba. Ese día Annita estaba espectacular. Llevaba una camiseta escotada y los labios pintados de rojo pasión. La miré con deseo mordiéndome el labio y sonrió.

-Estás tremenda...-le dije cogiéndola por la cintura.

-Anda cállate...-dijo sonriendo.

-No, es verdad, est-me cortó dándome un beso con mucho deseo por su parte. Yo le respondí con las mismas ganas. Mientras nos besábamos le aparté el pelo y la abracé empujándola hacia mi. Paramos de besarnos y me miró los labios. Entonces se puso a reír.

-¿Qué pasa?-le pregunté frunciendo el ceño.

-Jajaja tus labios... ¡están empapados de pintalabios! Jaja-dijo aún riéndose más.

-¿Enserio? Mmmm...-dije lamiéndome los labios.

-¿Qué haces? ¡Si tiene un gusto asqueroso!-me dijo y se volvió a reír.

-¡Puaj! Tienes razón, está muy malo...-dije sacando la lengua haciendo cara de asco. Y aún se rió más.-Eh, ¡no te rías de mi!

-Jajaja, si te vieras... ai madre cómo te he dejado...-dijo y me giré hacia el espejo para verme.

-¡Uuuuuh! parezco Carmen de Mairena.-dije y me puse a imitarla. Los dos nos partimos la caja mientras Anna me pasaba su brazo por mi cintura.

-Jajaja, estás loco.-dijo.

-¿Te gustan los locos?-la miré levantando las cejas.

-Me encantan.-dijo dejando caer su cabeza sobre mi hombro y aún la abracé más fuerte. Me quitó el pintalabios con la yema de sus dedos. Yo estaba sentado en el sofá y ella sobre mi aún insistiendo en quitarme el pintalabios.

-Eres preciosa.-le dije mirándola a los ojos. Ella me estaba mirando los labios y al decírselo sonrió. Continuó acariciándome la boca con sus dedos hasta que le aparté la mano y la volví a besar. Esta vez más suavemente. Al separarnos se rió y continuó con mis labios...

-Ya está. Por lo menos, no tienes tanto rojo...-me dijo. Nos levantamos y me volví a mirar al espejo. Se me veían las comisuras de los labios rosadas y sonreí. Entonces volví hacia ella y le di un beso en el cuello volviendo a abrazarla.

-¿Qué haces esta noche...?-le dije aún con mis labios pegados a su cuello.

-Voy a salir con dos amigos...-dijo.

-¿Qué?-me separé y la miré a los ojos.

-Si, he quedado con una chica y un chico que conocí el otro día en un pub, son muy majos.-dijo también mirándome.

-¿Son novios?-le pregunté con la esperanza de que no me equivocara.

-No...

Ummm... esto no me gusta...