Capítulo 59: ¿Pillados?

Por suerte, el Barça ganó y volví a casa muy animado. Les había contado a mis amigos lo mío con Anna... Siempre se lo cuento todo y aunque no queremos que lo sepa nadie, a ellos no se lo puedo ocultar... pensé. Se quedaron boquiabiertos y en un principio no me creyeron pero luego ya si. Me felicitaron por estar saliendo con Anna y me desearon mucha suerte. Llegué a casa, me puse el pijama y me metí directamente a la cama porque estaba cansado. Me volví a acordar de los celos... No quería pensar más en ello, ¿por qué me tenía que volver a venir a la mente? Decidí pensar en Anna porque tenía ganas de verla y me dormí.

El día siguiente ya era viernes. Me desperté a las diez porque entraba mucho sol por la ventana de mi habitación. Siempre que hace sol, me despierto con buen humor. Me duché y me vestí, desayuné como siempre y me fui al programa. Entré en mi camerino y me senté en la silla.

-¿Ah que hoy no me saludas no?-oí. Me giré y vi que Anna acababa de entrar en mi camerino.

-No me lo puedo creer. ¿Has llegado antes que yo?-le dije sorprendido.

-Jajaj pues si... Pero sólo hoy eh...-me dijo acercándose a mi.

-Es que estoy acostumbrado a llegar yo primero... y pensaba que no estabas aún.-le dije sonriendo. Sonrió y me abrazó. Si ya había empezado el día de buen humor, imaginaos cómo estaba ahora con mi Annita abrazándome. Le besé el cuello y ella me dio un pico.-Dime que esta tarde podemos vernos...

-Pero si es viernes Dani... ¡Ya sabes que me tengo que ir a Mollet!!-me dijo.

-Joder Anna... pero yo no puedo pasar otro día más sin estar contigo...-le dije agarrándola y empujándola hacia mi.

-Ni yo... pero creo que nos tendremos que aguantar...-me dijo.

-Pues lo siento pero yo no me pienso aguantar...-le dije y la cogí de la mano. Abrí la puerta del camerino lentamente y saqué la cabeza a fuera. Despejado: no había nadie. Entonces salí casi corriendo con Anna cogida de la mano hasta llegar al baño de chicos. Entramos en un lavabo y nos cerramos.

-Daniel... estás loco.-dijo riéndose.-no podemos hacer esto...

-Yo creo que si.-dije y la empecé a besar. La besaba con muchas ganas y con todo el deseo que tenía contenido. Ella me respondía a los besos con mis mismas ganas. Nuestro pulso se aceleraba y en poco tiempo ya estábamos los dos sin camiseta. Yo la empujé hacia arriba y se subió a mi cintura. Le besé el cuello y no parábamos de acariciarnos.

-M-me encantas.-le dije en medio de toda nuestra pasión. Me sonrió y me besó fuertemente. Yo le respondí. Acabamos quitándonos el resto de la ropa y haciendo el amor ferozmente. No paramos de besarnos en todo el rato hasta que nos separamos.

-Cómo te echaba de menos pequeña.-le susurré al oído y me dio otro beso.

-Yo también.-me dijo. Nos vestimos mientras seguíamos dándonos besos a ratos.

-¿Dani?-oímos. De repente nos separamos como si hubiera caído un rayo en medio de nosotros. Me puse muy nervioso. Me ardía la cara y tenía mucho calor. Anna me hacía gestos para que me tranquilizara.

-¿Dani?-repitió. Era Flo.

-¿Qué?-le dije aún nervioso.

-¿Con quién estás?-dijo. Su tono de voz era serio. Anna me miró a los ojos y negó con la cabeza.

-Con nadie. ¿Por qué?-le dije.

-Dani he oído a alguien más. ¿Qué estás haciendo?-dijo aún serio.

-¿Mis necesidades a lo mejor?-le dije para que me dejara en paz.

-¿Y por qué tardas tanto? Sal ya ¿no?-dijo Flo.

-¿Por qué quieres que salga?, tío me estás poniendo nervioso, ¡aún no he terminado!-le dije.

Anna y yo estábamos cruzando los dedos. Creo que Flo nos ha descubierto, pensé. Nos han pillado.