Los días pasaban y todo seguía igual. Yo no me encontraba a mí mismo y Cris seguía sin notarme nada extraño. Los programas se me hacían eternos, no veía la hora en que se acabaran. Tener a Anna tan cerca, dificultaba aún más mi situación. Siempre me sonreía, la abrazaba en los principios del programa, pero durante el resto del tiempo, nada de nada. Supongo que ella no quería molestarme, siempre ha sido así. Pero yo echaba de menos nuestras risas y nuestros abrazos en privado, por no hablar de nuestros besos y nuestras caricias... Anna se había convertido en una amiga, era eso, sólo una amiga. Pero para mi... sabía que en el fondo yo no la veía como una amiga. Jamás la volvería a ver de esa manera. Y eso era lo que más me dolía.
Un miércoles, al terminar el programa, pasé por delante su camerino. Cristina se había ido a grabar un reportaje y Anna estaba recogiendo sus cosas. Decidí entrar, sin más.
-¡Uy! Hola Dani, ¡me has asustado! ¿Qué pasa?-me preguntó extrañada.
-Anna... quería... hablar contigo.-le dije nervioso.
-Ah...-se quedó paralizada mirándome.
-¿Nos sentamos?-le propuse al ver que no reaccionaba.
-Si, claro...-contestó antes de sentarse. Me puse de caras a ella y la miré unos segundos en silencio.-¿De qué quieres hablar?
-Anna... yo... no estoy bien.
-Ya lo sé.-dijo en seguida.
-¿Ah si?
-Claro. Te conozco más que tu madre... Sé que no estás bien y te lo dije la última vez que hablamos. No sé... te noto perdido, no eres como antes. No quiero meterme en tu relación personal pero creo que tiene algo que ver con eso... ¿no? ¿Dani, estás bien con Cristina...?-al mencionar su nombre cerró los ojos, como quien no quiere decirlo.
-¿Q.qué? ¿Me preguntas por Cris?-su pregunta me sorprendió demasiado.
-Si... ¿No querías hablar de eso?-me dijo asustada.
-No... yo quería hablar de tu y yo.-le contesté más seguro.
-¿De tu y yo?
-Si... sé que casi nunca hablamos ahora y que siempre estoy con Cristina... Verás, me gustaría pasar más tiempo contigo.
-Pero Dani... a mí ya me está costando ser tu amiga, me pides demasiado...-dijo nerviosa.
-¿Te está costando? Pues no lo parece...
-¡Pues claro que me cuesta! ¿Tu sabes lo mal que lo paso al verte con ella?
-¿Qué?-dije abriendo los ojos
-Si, Dani, ¡joder! Que siempre estáis juntos, todo el día pegados, y yo no quiero estar contigo porque sé que ahora te gusta Cristina pero tengo que sonreír y darlo todo por mi trabajo y me esfuerzo... no sabes todo lo que me esfuerzo por hacerte creer que todo me da igual ¿sabes? No te das cuenta de nada... si tu estás mal, yo estoy peor.
-Pero Anna.-me cortó.
-¡Nada de peros! Tú tomaste una decisión sin tener en cuenta mi opinión, diste por acabada nuestra relación tú solo, Dani. Ahora no me pidas que seamos amigos.
-¡No me diste otra opción! ¿Qué querías que hiciera, eh? ¿Que continuara como siempre, comiéndome las babas de tu novio?
-No, pero podrías habérme dejado escoger a mí también, ¿sabes?-contestó levantándose.
-Lo hice Anna, te dejé elegir entre él y yo. ¿Qué más querías?
-Dejalo, Dani. No lo vas a entender nunca...-dijo enfadada y se fue enseguida, dejando la puerta abierta.
Cogí el móvil enfadado y me fui yo también a casa. Me senté en el sofá y me pasé allí toda la tarde, viendo la NBA. A las nueve y cuarto Cris llamó al timbre. No tenía muchas ganas de estar con ella... Anna me acababa de decir que aún sentía algo por mí, indirectamente, pero me lo había dicho. Y no había parado de pensar en ello. Fui a abrir la puerta y la vi seria también, como yo.
-Hola cariño...-la saludé dejándola pasar.
-Estoy cansada... estos reportajes me matan... suerte que estás tu aquí para consolarme.-dijo agarrándome del cuello de la camisa y dejándome un beso en los labios. Pronto se emocionó y el beso se transformó en otro de más largo...
-Cris...-dije separándome.-estoy cansado... no tengo ánimos. Ahora estaba durmiendo en el sofá...-mentí.
-¿Qué?-dijo sorprendida.
-Si quieres quédate a cenar pero es que hoy... estoy muy cansado, de verdad.-le dije intentando que se lo creyera.
-No, da igual. Si no me quieres me voy...-dijo enfadada.
-¡No es eso!
-Da igual, me voy. Adiós.-dijo cerrando la puerta de mi casa. Soy imbécil... sé que no soporta que la rechacen pero me vi obligado a hacerlo. Fui hacia el comedor para apagar la tele.
Me asomé al balcón y vi a Cris entrando en su coche. Al momento, una lágrima hizo camino por mi mejilla... -¿Por qué tiene que ser todo tan difícil?-me susurré a mi mismo mientras parpadeaba para evitar que me cayeran las otras lágrimas.