dimarts, 30 d’agost del 2011

Capítulo 91: Lo que haga falta

Seguíamos los dos en mi cama. Aún permanecíamos desnudos pero ahora no nos tocábamos. Tenía a Anna tumbada a mi lado mirando hacia la ventana. Yo estaba mirando al techo. Aún estábamos con la respiración algo acelerada. La miré y sonreí. Notó mis ojos en su nuca y también se giró para mirarme. Con los ojos nos lo decíamos todo. Le seguían brillando, ahora de otra forma. Más intensamente. Ambos nos transmitíamos mucho amor y mucha felicidad. Me sonrió y me miró el torso.
-Ven aquí.-le susurré cogiéndole el brazo. Se incorporó hacia mi y le acaricié la espalda con una mano. Con la otra le aparté un mechón de pelo de los ojos para verla mejor. Le di un beso en la nariz y la abracé. Dejó caer su cabeza sobre mi pecho, me lo besó y a la vez, hizo que mi respiración frenara. Estuvimos un rato en esa misma posición sin decir nada. Si os soy sincero, había perdido la noción del tiempo. Con Anna me pasaba frecuentemente. Era estar con ella y olvidarme de todo lo demás. Y más cuando hacíamos el amor de esa manera. De repente se giró y me miró.
-¿Vamos a comer algo? Me ruge el estómago...-dijo y en ese momento, me di cuenta de que me estaba pasando lo mismo.
-Claro.-dije y nos levantamos los dos. Me puse los calzoncillos, unos pantalones cortos y una camiseta. Anna se volvió a poner el vestido. Entramos en la cocina y miré el reloj. ¡Ya eran las diez y media! La verdad es que no tenía nada para cenar ni para darle a Anna...
-¿Y si vamos a algún sitio a cenar?-le propuse. Aceptó enseguida y fui a cambiarme. Me puse una camisa negra, tejanos y mis fieles converse negras.
-¿Listo?-me preguntó Anna al verme.-Ui, qué guapo...
-Jajaja. Listo, vamos cuqui.-le dije acariciándole el trasero. Salimos y fuimos andando hasta el restaurante más cercano. Pedimos mesa para dos y nos sentamos el uno en frente del otro. No había ningún joven así que nadie nos reconoció.
-¿Dónde me has traído? Esto está lleno de abuelos... jajaja-me dijo riéndose.
-Jaja lo he hecho para que te sientas como en casa...-le dije también riendo.
Dani!!-gritó empujándome el brazo.
-Eh, no te enfades abuela!-dije sonriendo.-Que es broma cari...
-Jajaja, ya te vale...
Pedimos la carta y nos sirvieron enseguida. Pronto empezamos a comer y a hablar.
-Oye cuqui... Aún tienes en mente lo que te dije el lunes, ¿verdad?-le pregunté.
-Claro...-se puso seria.
-¿Y...?-dije esperando alguna respuesta.
-Pues, lo he estado pensando y... hasta el sábado no veo a Miki así que este viernes no te podré decir nada...-se había puesto un poco nerviosa. Ya no me miraba.
-Es verdad... Joder, Anna...
-¿Qué pasa...?
-Es que es pensar que este finde no te veré y además estarás con ese y... me pongo nervioso.-dije. Me miró y me sonrió acariciándome la mano encima de la mesa.
-Dani no pienses más en eso. Ahora me tienes aquí, contigo. Estoy con el hombre que quiero así que no tienes por qué sentirte mal.-dijo mirándome a los ojos.
-Tienes razón...-continuamos comiendo y enseguida cambiamos de tema. Al acabar de cenar, la acompañé andando hasta su casa. Por el camino íbamos cogidos por la cintura y no parábamos de darnos mimos. Yo no paraba de darle besos y ella de responderme. Hasta que llegamos a su portal. Me abrazó fuertemente y pegó su frente a la mía.
-Buenas noches cari.-dijo y me dio un beso muy sentido.
-Anna, quiero que sepas que voy a hacer lo que haga falta para tenerte sólo para mi, ¿me oyes?-le dije respondiéndole al beso. Al decírselo, sonrió.
-Lo sé. Y recuerda: t'estimo.-me dio otro beso y se fue acariciándome el brazo. Y allí, sin inmutarme, me quedé plantado en su portal hasta que ya no la vi.

4 comentaris:

  1. Joo.. es precioso.. Siempre digo lo mismo pero es que es verdad! El siguiente cuando puedas :)

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  2. Incredibile! jajaj muy bonitoo!!! :) otroooo!

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  3. ponerte una canción triste y leer esto es lo mejor!!! me encantó!

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