Capítulo 62: Impotencia

-¿Y tu qué le dijiste, Anna?-le pregunté con un tono de voz más alto de lo normal.-¿¡Qué le dijiste?!

-Dani, cálmate por favor. Le dije que ya era demasiado tarde y que me había hecho mucho daño. No sabes el rato que se pasó insistiendo... Lo pasé fatal porque veía que lo sentía de verdad. No aguanté más, estallé y me fui a mi casa llorando como una tonta...-me dijo nerviosa al recordarlo. Me quedé mirando al suelo unos segundos.

-No me lo puedo creer. ¿Y encima le creíste?-le dije enfadado.

-Dani, tu no sabes nada. Él lo sentía de verdad, te lo juro.-me dijo intentando que la comprendiera. Tenía las lágrimas detrás de sus ojos, estaba a punto de volver a llorar. Intenté relajarme como aquellos que cuentan hasta diez para no decir algo y luego arrepentirse.

-Anna, sólo dime por qué lloraste.-le dije ahora tranquilo y serio mirándola a los ojos.

-Dani, lloré porque me sentía frustrada. Y sentía mucha impotencia. Impotencia porque durante todo este tiempo no he sabido nada de él y ahora se presenta por sorpresa en casa de mis padres con el resto de mi familia y me pide que vuelva con él. Pienso lo mismo que tu, es un sinvergüenza si, pero no lo odio Dani. No puedo odiarlo y aunque ya no lo quiera como novio, lo sigo queriendo como persona. Porque hemos estado mucho tiempo juntos y he estado enamorada de él, ¿entiendes? Aunque ya no lo esté.-ya le habían empezado a caer las primeras lágrimas. Yo estaba en una situación parecida a la de Anna. También sentía impotencia porque por una parte la entendía y por la otra me mataba de rabia lo que acababa de decir, que seguía queriéndole. Siguió hablando ella:

-Porque me da mucha rabia que ahora intente volver conmigo con todo lo que me ha hecho pasar, porque no me merezco esto y no me lo puede hacer. Y lo que me mata por dentro es que no puedo odiarlo...-dijo ahora llorando más fuerte. No lo pensé dos veces: me levanté como por un impulso y la abracé con todas mis fuerzas. Al notar mis brazos se tranquilizó al instante aunque siguió llorando sobre mi hombro. Sentía pena por Anna. La entendía perfectamente, yo también seguía queriendo a Lara aunque sólo como amiga, pero lo mío era diferente, yo nunca había estado enamorado de Lara y lo que Anna había sentido por Miki había sido mucho más fuerte que lo mío con Lara. Estuvimos unos minutos más abrazados en silencio y le di un beso en la mejilla.

-No te quiero ver así. ¿Sabes? Aunque no te lo creas, yo te entiendo y... lo siento, de verdad. Pero necesito que estés segura de que no sientes nada por Miki.-le dije tranquilo.

-Dani, te puedo asegurar que no siento nada por Miki, sólo le quiero como amigo. Pero ahora no puedo ni ser su amiga, me ha fallado.-dijo Anna y se abrazó más a mi.

-Anna, te quiero.-le susurré al oído. Cerró los ojos y me dio un tierno beso en el cuello que me hizo estremecer.

-Y yo a ti Dani, más que a nadie.-me susurró ella. Nos separamos un poco y le miré los labios.

-¿Sabes? Aún llorando estás guapísima.-le dije.

-Anda, si estoy hecha un cuadro...-dijo mirando hacia abajo.

-Un cuadro perfecto para mi.-le dije y conseguí sacarle una pequeña sonrisa. Bajé un poco la cabeza para que me mirara a los ojos y lo conseguí. Me acerqué más a su boca, a sus labios. Me miró los míos y me besó. Es lo que estaba deseando y supongo que ella también. Nos besamos apasionadamente. Y mientras nos besábamos, Anna, aún con los ojos húmedos me miró y con esa mirada me lo dijo todo; si, estaba enamorada de mi.