dissabte, 6 d’agost del 2011

Capítulo 49: Odio y rencor

Nos quedamos los dos mirándonos en silencio durante unos segundos. Anna se había ido primero y seguía andando hacia casa pero se paró al notar que yo no estaba cerca de ella. Se giró y vio la escena: yo y Lara, ambos sorprendidos mirándonos en silencio. Al cabo de unos segundos reaccioné.
-Hola.-le dije sin saber qué decir. No la había visto des de el día en que le dije que estaba enamorado de otra persona. Ella me miraba muy seria y muy fijamente. Yo no sabía cómo reaccionar. Al saludarla me miró de arriba a bajo y después de otros cinco segundos en silencio se atrevió a dirigirme la palabra.
-Hola.-dijo tan bajo que casi no lo percibo. De repente me acordé de Anna y la miré: nos estaba mirando de la misma forma que nosotros lo hacíamos, desconcertada. Al mirarla me miró a los ojos. Lara giró la cabeza hacia donde estaba mi mirada y la vio. Vio a Anna y Anna también la miró. Fue como una escena en cámara lenta. La recuerdo así. Los tres en silencio mirándonos unos a otros sin saber qué decir. Después de mirar a Anna, Lara me volvió a mirar a mi.
-Pff.-dijo con desprecio moviendo la cabeza de un lado para otro y entró en el restaurante. Yo aún estaba paralizado y Anna vino andando hacia mi.
-Dani, ¿estás bien?-me preguntó al ver mi cara.
-¿Eh? Si. Vamos.-le dije y la cogí de la mano. Quería desaparecer. Quería arrancar a correr y olvidarme de lo que acababa de suceder. Necesitaba irme de aquel sitio lo antes posible. La mirada de Lara... me había dejado sin palabras. Nunca antes había visto una mirada con tanto odio y rencor. Lara, al contrario que yo, iba sola al restaurante. Me sentí como una mierda. Anna me iba mirando mientras estábamos andando en silencio y me acariciaba la mano. Yo no podía dejar de mirar el suelo. Empecé a andar rápido. De pronto me paré en una esquina. Anna me miró, estaba muy preocupada. Me cogió la cabeza con sus manos para que la mirara a ella.
-Dani...-dijo aún preocupada.
-Anna, no puedo. No podemos ir a tu casa ahora. Necesito ir a otro lugar, no sé... por favor llévame a un sitio desconocido, por favor.-le supliqué. Me temblaba la voz. Me miró algo desconcertada. No sabía qué hacer, nunca me había visto así. Estuvimos unos segundos parados y luego me cogió de la mano y empezó a andar. Yo la seguía. Cada vez andábamos más deprisa hasta que empezamos a correr. Yo no sabía ni en qué calle estábamos, tampoco quería saberlo. Corrimos durante mucho rato y aunque estábamos cansados no parábamos de hacerlo. Ella iba delante de mi. Vi que se paró en medio de una carretera. No había nadie, estábamos solos. Yo también paré de correr y me acerqué a ella. Me costaba un poco respirar.
-Cariño tranquilízate por favor.-me dijo tocándome el torso con lágrimas en los ojos. Me tranquilicé y empecé a respirar mejor. Delante nuestro había un grande terreno de hierba. Me cogió la mano y nos sentamos en medio del terreno. Me abrazó y yo también la abracé. No paraba de oler el olor de su colonia, me tranquilizaba. Me dio un beso en el hombro y se separó.
-¿Estás mejor?-me preguntó. Yo sólo asentí.
-Gracias Anna. Gracias por llevarme a este sitio. Lo necesitaba. No sabes como me he sentido al ver la mirada de...-me cortó.
-No me lo digas. No lo recuerdes, es lo mejor que puedes hacer.-me dijo dándome un tierno beso en la mano que me tenía agarrada des de que nos sentamos.

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