Capítulo 11: Miedo

Estábamos cenando y no podía parar de mirar sus ojos... al cabo de un rato lo notó; me miró y me pilló mirándola embobado como un tonto.

-¿Qué?-preguntó mirándome. Fue entonces cuando reaccioné.

-Nada...-dije. Me puse nervioso, disimula Dani, disimula...

-¿Qué mirabas?-dijo sonriendo.

-Nada.-volví a contestar. Me quedé cortado. Notaba como me quemaba la cara...

-Venga va, ¡pero si te has puesto rojo!-dijo riéndose. Madre mía, tiene razón... pensé. ¿Y ahora qué respondo?

-Jajaja... estaba mirando lo bien que te queda la ropa que YO he elegido.-le dije intentando ponerme "chulo".

-Ah... Ya. ¡Eres un "empanao" Daniel!-dijo, y se volvió a reír como una loca.

-Estás como una cabra Annita...-dije. Y también me reí.

Terminamos de cenar y la llevé a su casa.

-Gracias por todo Dani.-me dijo, y seguidamente me dio un abrazo.

-Gracias a ti cuqui, me has hecho pasar un buen rato.-le dije y le dí un beso en la mejilla.

Nos separamos y nos despedimos. Me mantuve en el portal hasta que subió las escaleras y ya no la vi. Uf, no puedo continuar así... acabaré volviéndome loco... Anna tiene razón, me estoy empanando demasiado en el tema... No quiero sufrir. Anna sólo es una amiga que me cae genial y además es guapísima, punto. Ai, pero es que cada vez que la veo... vuelvo a sentir lo mismo. Es como una droga...

Al final conseguí volver al coche y me fui para casa. Recogí las toallas ya secas que habían permanecido en su cuerpo y las guardé. Como no tenía nada que hacer llamé a mis amigos para ir un rato de copas, aún era sábado.

Quedamos al bar de siempre a las doce y media. Llegué y ya estaban ahí. Entramos al bar y pedí un Gin tonic, que, por cierto, ¡me estoy aficionando a ellos! y nos sentamos.

-¿Qué tal tío, como vas?-me preguntaron.

-Pf pues... de mal en peor. No sé... Es que veo que Anna cada vez me gusta más y me voy haciendo ilusiones pero luego me doy cuenta de que esto es imposible y tengo miedo de sufrir y me rallo... No quiero pasarlo mal.-dije.

-¡Qué dices! ¿Pero por qué es imposible?-preguntó David.

-Joder porque ella está enamorada de su novio y punto. Tendríais que haberme visto hoy en su casa consolándola porque ayer discutieron y estaba llorando por él. ¡Llorando! Y luego voy yo y me hago ilusiones... Soy tonto. No puedo hacer nada al respecto. Esto es lo que hay.-contesté enfadado. Luego me desahogué y les conté lo que había hecho con el mensaje de Miki en su contestador...

-¡No jodas! ¡Eres un crack tío! Mira, te mereces a Anna y ella te merece a tí. Y si aún no lo sabe pues, dale tiempo... Pero te juro que se dará cuenta tarde o temprano.-dijo Dani Rovira.

Me acuerdo que en ese momento no me creía nada de lo que me decían. Pensaba que sólo lo hacían por consolarme, porque al fin y al cabo son mis amigos y sólo quieren verme bien y me daban igual sus palabras. No estaba dispuesto a pasarlo mal por una chica. Yo sólo sabía lo que no quería: sufrir.