dimecres, 27 de juliol del 2011

Capítulo 12: Mi propia mentira

Des de ese día todo cambió. Anna y yo nos distanciamos. Yo lo tenía muy claro; no quería sufrir ni pasarlo mal así que decidí distanciarme de ella. Evitaba cruzarme con ella por los pasillos y durante los programas casi ni la miraba. Fue muy difícil para mí. Ella no entendía nada. Llegó hasta preguntarme dos veces si me pasaba algo con ella pero me negué a contestarle. Esa semana me enteré de que habían hecho las paces con Miki. Yo quería olvidarme de ella, quería olvidar mis sentimientos hacia ella por muy duro que fuera. Me mentía a mi mismo, me quería hacer creer que en realidad no me gustaba... Y lo peor fue, que me lo creí. Acabé creyéndome mi propia mentira.
Hablé con mis amigos y me entendieron pero siempre me decían que acabaría haciéndome daño a mi mismo. Fue entonces cuando conocí a Lara Álvarez. Me la presentó un amigo de "La Sexta" una noche, en una de mis actuaciones de "Rechace imitaciones". Me pareció guapísima y una mujer madura. Es lo que me hacía falta. Entonces fuimos quedando y nos empezamos a gustar enseguida. Sentía que volvía a tener ilusión por una chica porque ambos nos gustábamos. Ella me quería y yo también, o eso creía. Empezamos a salir y me sentía bien a su lado, cuando estaba con ella me olvidaba de todo...
Pero un día que fuimos a la playa noté algo raro. Llegamos por la mañana pero en ese mes el agua aún estaba fría y no nos podíamos bañar. Recuerdo que no había casi nadie. Sólo ella y yo. Nos estiramos en la arena mientras escuchábamos música. Hablamos durante un rato, yo le hacía bromas, ella se reía... Y nos lo pasábamos bien. Nos reíamos juntos y todo iba bien hasta que nos volvimos a tumbar y me abrazó.
-Me encantas. Siempre me haces reír y me haces sentir bien.-dijo. Se quedó unos minutos en silencio y entonces me miró a los ojos.-Te quiero.
Aparté la vista de sus ojos. Iba a decir que yo también la quería pero en ese momento me dí cuenta de que eso no era verdad. Pues no, no la quería. Sólo había salido con ella para olvidarme de Anna y, de pronto, me sentí fatal. Le había cogido cariño, sí, pero no tanto como para llegar a quererla. Como para desearla tanto como a Anna. No supe reaccionar y ella aún me estaba mirando. Estaba esperando mi respuesta pero yo no podía hablar. Entonces, me puse a llorar.
-Cariño, ¿qué pasa?-me dijo algo preocupada. Yo no respondí. Aún seguía llorando porque me sentía muy mal. Me abrazó y me tranquilizó.
-Nada, que no te merezco...-dije estando aún entre lágrimas.
-¡Pero qué dices! No seas tonto... Claro que me mereces. No digas eso.-dijo mientras observaba mi llanto. Entonces cogimos las bolsas y nos fuimos. La llevé en coche hasta su casa y yo fui a la mía. Al llegar me estiré en mi cama.
Dani... ¿qué has hecho? dije en voz alta. No, Lara no se merece esto. Ella me quiere y no la puedo dejar. Estuve un rato más en la cama hasta que me dormí.
"A veces el amor dura, pero otras veces duele..."

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