dissabte, 30 de juliol del 2011

Capítulo 26: Más lágrimas

El día siguiente me desperté a las diez. Mi cama aún olía a Anna. Había dormido de un tirón y me sentía muy bien. Me levanté, me vestí, desayuné y me fui al programa.
Entré en mi camerino y me asusté al ver a Anna sentada en el mini sofá. Estaba muy seria y tenía la cabeza mirando al suelo.
Annita! Me has asustado... ¿qué haces aquí?-le dije quitándome el jersey y quedándome en manga corta.
-Dani...-dijo igual de seria mientras se acercaba a mi. Creo que había llorado. Tenía los ojos rojos y también le brillaban. Me abrazó fuertemente. Yo respondí y también la abracé. ¿A qué viene todo esto? pensé.
-Anna, ¿qué te pasa?-le dije algo preocupado. No respondió. Empecé a oír sus sollozos. Sí, estaba llorando.
-Anna, no llores.-la aparté de mi y se tapó la cara con sus manos. La volví a abrazar. Me mataba por dentro verla llorar tan desesperadamente. No soportaba verla llorar así. Le di un beso en la mejilla y estuvimos unos minutos más abrazados en silencio. Cuando se tranquilizó un poco nos separamos y nos sentamos en el sofá. Le cogí la mano y le miré los ojos.
-Cuéntame pequeña, ¿qué ha pasado?-le pregunté.
-Dani... estoy fatal.-dijo aún secándose las lágrimas.
-¿Por qué?
-Es Miki otra vez... Casi nunca nos vemos y últimamente siempre estamos discutiendo. Ya no estamos igual que antes... los dos tenemos ataques de celos y ya no lo podemos aguantar más. Ayer le llamé y le conté que había estado durmiendo contigo... Pensarás que soy tonta pero se lo tenía que decir... Antes de ayer él había salido con unas amigas y también me contó que se había dado un pico con una de ellas porque estaba borracho...-dijo y volvió a llorar otra vez. Yo la estaba escuchando sin parar de mirarla.
-No me lo puedo creer... ¿Cómo te puede hacer eso?-le dije.
-Pero Dani también es culpa mía. Es culpa de los dos. Siempre estamos igual. Yo ya estoy harta y ayer al llamarle por teléfono... cuando le conté que había dormido contigo empezó a gritarme como un loco y yo también le recriminé que me había hecho daño con muchas cosas... y le dije que ya no lo soportaba más y que quería dejarlo. Se quedó en silencio y me colgó. Creo que ya no sabré nada más de él...-dijo entre lágrimas. Se me tiró al cuello otra vez y le abracé más fuerte aún. Me daba mucha pena. Le di muchos besos y le dije que se tranquilizara porque le cogería un ataque de ansiedad. Me había dejado el hombro empapado de lágrimas.
-Lo siento, te he dejado empapado.-me dijo.
-No te preocupes por eso. Ahora sólo tienes que preocuparte por ti, ¿me oyes? Si Miki te ha tratado así es porque no te merece. Nadie que te quiere de verdad te puede hacer tanto daño Annita. Mírate, estás destrozada. Prométeme que no volverás a llorar así por un chico. No puedo verte así.-le dije cogiéndole las manos.
-Está bien. Te lo prometo. Gracias Dani.-me dijo. Y me volvió a abrazar. Me dio tres besos en la mejilla y se separó. Le acaricié la cara.
-Vamos, dáme una sonrisa por muy pequeña que sea. No puedes irte de aquí sin que te vea sonreír.-le dije.
-Entonces me quedaré aquí todo el día.-dijo.
Anna!
-Está bien...-dijo y sacó una pequeña y forzada sonrisa.
-Así me gusta. Ahora olvídate un poco y vamos a repasar el guión.-le dije y le di otro beso en la mejilla. Nos levantamos y fuimos a su camerino. Qué mal lo paso al verla así...

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