divendres, 29 de juliol del 2011

Capítulo 23: Incomodidad

Me desperté a las nueve. Estaba tumbado de lado, mirando la pared. Me giré lentamente y me asusté al ver a Anna durmiendo. Es verdad, no me acordaba, Anna se había quedado a dormir... Me empecé a poner nervioso... Mierda, la hemos cagado. Tranquilízate Dani, me dije, no pasa nada, sólo hemos dormido juntos, nada más. Somos amigos y no ha pasado nada. Me levanté y fui al baño. Me miré al espejo y me vi una mancha de pintalabios en el cuello. Me volví a poner nervioso, esta vez más. ¿Una mancha de pintalabios? ¿en el cuello? Ai madre... ¡es de Anna! qué habremos hecho... No por favor...
Me tranquilicé al recordar la escena de la noche anterior en el sofá de la carpa. Uf... Es verdad, me dio un beso en el cuello antes de que Romina nos interrumpiera... Me lavé la cara y el cuello y volví a la habitación. Que surrealista se me hace la imagen de Anna durmiendo en mi cama... pensé observándola dormir. Me senté y desperté a Anna.
-Annita, despierta. Annita...-dije mientras la movía con la mano. Se giró y abrió los ojos lentamente. Se dio un susto al verme y después de unos segundos se tranquilizó un poco.
Dani! ¿He dormido en tu casa?-me preguntó aún asustada.
-Si... ayer no nos aguantábamos...-le dije.
-Pero, no ha pasado nada, ¿verdad?-me dijo.
-Pues... ya me hubiera gustado ya, pero te dolía la cabeza...-dije haciendo broma y riéndome al ver su cara de mosqueo.
-Uf... menos mal. Por un momento, me he asustado.-dijo.
-Tanto te asusta la idea de tu y yo...-dije sonriendo.
Cállate!-me dijo sacando una sonrisa.-¿Y ahora qué hacemos?
-Pues... ¿me visto y te llevo a casa?-le pregunté.
-No, da igual... ya voy andando. ¿Dónde están mis zapatos? Ah, aquí.-dijo y se puso de pié. -Uf, qué dolor de cabeza... si, será mejor que me lleves que con este dolor y estos tacones... no llegaré nunca a casa.
-Jajaja, ai abuela, que ya no tiene edad para emborracharse...-dije riendo.
-Anda calla y vístete.-me dijo sonriendo.
-No querrá usted verme desnudo...-le dije levantando las cejas. Seguidamente, se levantó y se fue al comedor. Me vestí, y fui a la cocina. Preparé el desayuno para los dos y lo llevé al salón.
-Venga, antes tendrás que comer algo ¿no?-le dije. Tenía el maquillaje de los ojos esparcido y estaba despeinada. Aún así, la encontraba atractiva.
-Oh, qué buena pinta... Gracias Dani.-dijo observando la comida.
Desayunamos y la llevé en coche hasta su casa.
-Gracias.-me dijo al bajar.
-De nada. Nos vemos en un rato. Adiós Annita.-le dije.
-Adiós Daniel.-dijo, y entró en su edificio.
Volví hasta casa porque aún era temprano. Miré un poco la tele y fui al programa. Entré en mi camerino y vi que alguien me había seguido; era Romina.
-Dani, ¿qué tal? ¿Cómo acabasteis ayer tu y Anna?-me dijo. Por su voz y su cara, también estaba cansada.
-Bien, bien... la acompañé hasta su casa y me fui.-mentí.
-Ah... Buf, yo me he levantado a las diez y aún tenía sueño... qué cansancio por dios...-dijo llevándose la mano a la frente. Y se fue.
Me senté a leer el guión pero en realidad pensaba en Anna. Qué fuerte, hemos dormido juntos... Me pregunto cómo estará conmigo después de esta noche... qué incomodidad.

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