Lo juro, ya me encontraba bien. Habíamos empezado el programa y me sentía muy arropado por Anna. En cualquier momento que podía me hacía un gesto de cariño y me sentía muy bien. Al acabar el programa fui a casa. Cogí el móvil para llamar a Lara. Ella era realmente la razón por la cual había tenido dolor de cabeza y necesitaba verla.
-¡Dani!-contestó alegremente.
-Cari, tengo ganas de verte, ¿dónde estás?-pregunté.
-En mi casa, ¿dónde quieres que esté?-me dijo.
-Pues ahora voy para allá.-dije y colgué. Si, necesitaba verla, necesitaba saber que estaba sola y que mi sueño había sido sólo eso, un sueño. Quería hablar con ella y estar seguro de ello. No podía perderla, en ese momento no.
Me cambié de ropa y me fui de camino a su casa. Llegué y al abrirme la puerta la abracé y le di un beso.
-Ui, ¿y este recibimiento?-preguntó ella.
-Pues que te echaba de menos.-le dije.
-Yo también.-me dijo y me abrazó. Ese gesto me tranquilizó. Sabía que sus palabras eran reales y me di cuenta de que había sido muy tonto por preocuparme de esa manera sólo por un sueño.
Entré y nos sentamos en la terraza a tomar un café. Estuvimos hablando y, por suerte, no me dijo nada sobre mi beso con Anna. Se lo agradecí.
-Lara, ayer cuando te llamé...
-De eso quería hablar yo también. Lo siento Dani, de verdad. Se me olvidó por completo que habíamos quedado a esa hora. Es que me llamó mi jefe y me dijo que tenía que ir ya al trabajo para preparar unas cosillas y no pensé más en nuestra "cita".-me dijo.
-Está bien, no pasa nada.-dije y sonreí.
Me quedé a cenar y a dormir. Hacía días que no dormía con ella. Echaba de menos hacer el amor y dormir con alguien a mi lado. Y también lo necesitaba. Necesitaba sentirme querido y deseado por alguien.
Pasaron unas semanas y Lara y yo ya habíamos vuelto a la normalidad. Estábamos bien como antes y yo intentaba no pensar tanto en Anna aunque no sé si lo conseguía. Sabía que nunca tendría ninguna oportunidad de estar con Anna y me tenía que conformar. Iban pasando los programas y volvía a estar cada día más cariñosa conmigo. Cómo me hace sufrir esta mujer... pensé. Yo intentaba juntarme más con Romina y hablar con ella y durante esas semanas nos cogimos más confianza. Ella también me hablaba de sus problemas con su pareja y yo le hablaba de los míos con Lara. Pero nunca le llegué a contar que sentía algo por Anna. No me veía capaz.
Recuerdo que un día Romina me propuso ir a cenar con ella y Anna y luego salir de fiesta. Acepté enseguida. ¡No podía rechazar esa maravillosa oferta!! Pero antes, se lo tenía que comentar a Lara. Estaba muy tranquilo porque Lara y yo habíamos hablado mucho sobre nuestra relación últimamente y nos habíamos dado mucha libertad para salir con quién nos diese la gana. Ella salía con sus amigos y yo con los míos. No había problema. Se lo comenté y estuvo de acuerdo. Aunque pasada esa noche yo deseé que no hubiese estado tan de acuerdo...
¿Qué ha pasaooooooo?
ResponEliminaahhh... no se sabe no se sabe,...
ResponEliminaSi se sabe!!! por favor dime que si se sabe!! ya he vuelto y me encuentro con semejante intriga!? eso no puede ser Maria teresa! ahi queda eso! XD
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